El título de este artículo no es más que el recurso nemotécnico que me enseñó en bachillerato mi profesor de Historia Antigua y Media para recordar la frase en latín atribuida a Julio César, cuando cruzó el Rubicón con sus legiones en la campaña para conquistar el poder en Roma: Alea iacta est. Nunca he olvidado su significado: “La suerte está echada”.
Esa frase habría sido muy apropiado decirla por Obama o Romney después de concluido el tercer debate el pasado lunes. No hay marcha atrás y todo lo dicho y hecho después de más de dieciocho meses de campaña, ha colocado en su lugar las piezas claves del combate final que conducirá a uno u otro a residir, desde el 20 de enero del 2013 al 19 de enero del 2017, en el 1600 de la Avenida Pennsylvania en Washington D.C., capital del moderno imperio.
Por las razones apuntadas en nuestro artículo en Granma del pasado 19 de agosto, el tercer debate sobre política exterior fue “ganado” de manera abrumadora por Obama. Encuestas instantáneas y posteriores al debate indican que cerca de las dos terceras partes de los encuestados vieron “ganar” a Obama. Romney fue muy cauteloso, limitando sus ataques a expresar que Obama ha conducido una política exterior débil, pero formulándolos en el tradicional espíritu bipartidista de complacencia con las acciones del gobierno de Estados Unidos en ese terreno.
El objetivo de Romney era no asustar a los moderados y no incurrir en ataques en falso que pudieran ahuyentarle votos independientes. Romney no “ganó”, pero evitó ser puesto fuera de combate.
Sin evento electoral de interés nacional programado o previsible para estos últimos días de campaña, que cambien sustancialmente el panorama político (a no ser que “Sandy” haga alguna trastada), ambos candidatos presidenciales y sus respectivos equipos de campaña concentran los esfuerzos desde el pasado martes en los estados del “campo de batalla”.
De martes a jueves, Obama realizó campaña en seis de los ocho estados claves: Ohio, Iowa, Colorado, Nevada, Florida y Virginia. Romney estuvo el martes en Nevada, y miércoles, jueves y hoy viernes en Ohio y Iowa.
Estas acciones están directamente vinculadas a los aspectos tácticos del objetivo de conquistar los 270 votos electorales. Como se ha señalado reiteradamente, hay infinitas especulaciones numéricas, pero los hechos sobre el terreno, respaldados por encuestas, recaudación, maquinaria electoral, tradición de voto, entre otros, demuestran que la elección será decidida por lo que suceda en los ocho estados del “campo de batalla”.
Si se quieren ensayar pronósticos, hay tantas posibilidades de escoger metodologías como puede tener un comensal ante una abundante “mesa sueca”. Para estrechar las opciones, podemos emplear las valoraciones que realiza la organización Real Clear Politics (RCP), de reconocido prestigio en esta línea de actividad en Estados Unidos y que integra para sus pronósticos los resultados de varias encuestas de organizaciones diferentes tomadas en cada uno de los estados, dándole seguimiento en el tiempo.
RCP considera que Obama está al frente, por ventajas que van desde 2,9 puntos hasta 0,8 puntos —votos electorales entre paréntesis— en Ohio (18), Wisconsin (10), Iowa (6), Nevada (6) y New Hampshire (4), para un total de 44 votos electorales, lo que le daría la victoria con un total de 281 votos electorales. Romney encabeza por 1,8 puntos y 0,2 puntos, respectivamente, en Florida (29) y Colorado (9). Sumado esos 38 a los 206 votos electorales que se consideran seguros o casi seguros para él, llegaría solo a 244 votos electorales de los 270 necesarios. El octavo estado es Virginia, donde RCP considera que hay un empate basándose en el análisis, entre otros recursos, de cuatro diferentes encuestas.
Como se considera que ninguno de estos estados está decidido a favor de uno u otro candidato, se pueden hacer dos observaciones, tomando en cuenta que lo que señala RCP refleja también un consenso entre los analistas y pronosticadores: 1º) Obama (237 votos electorales seguros) tiene un camino más despejado y variado para alcanzar el triunfo; ganar Ohio es vital para sus aspiraciones; 2º) Los caminos para Romney (206 votos electorales seguros) son menos variados; tiene que ganar en Florida, donde goza ventaja de 1,8 puntos, en Colorado (0,2 puntos de ventaja) y en Virginia (empatado), además de quitarle al menos trece votos en algunos de los cinco estados en que Obama tiene ventaja y llegar así a los necesarios 270 votos electorales. El candidato con más posibilidades es el que gane al menos dos de los tres estados con más cantidad de votos electorales: Florida, Ohio y Virginia.
En resumen, Ohio es un interés de primer orden para Obama, como lo es Florida para Romney, y ninguno de los dos se puede dar el lujo de perderlos sin poner en grave riesgo sus aspiraciones de triunfo, ya que constituyen el elemento clave para poder aspirar a los 270 votos electorales. Mientras, Virginia y Colorado se perfilan como aquellos donde la confrontación es más reñida porque ninguno de los dos candidatos logra despegarse del otro.
Un interesante indicador sobre la situación de la campaña electoral del cual poco se habla, es el estado de las elecciones de senadores federales. En estas elecciones, el Partido Demócrata tiene en juego veintiún escaños, mientras los republicanos solo exponen diez. Meses atrás, al principio de la campaña, se consideraba que había varios de los escaños demócratas en riesgo de ser ganados por los candidatos republicanos y casi ninguno de los republicanos con posibilidades de ser capturados por los demócratas. De cumplirse ese vaticinio, el Partido Republicano lograría la mayoría en el Senado y de esa forma controlaría ambas cámaras del Congreso Federal. Esos pronósticos no parece que se van a concretar y hasta es posible que los demócratas amplíen en uno o dos el número de sus senadores. Los candidatos demócratas a senadores por los decisivos estados de Florida, Ohio, Wisconsin y Virginia pudieran ser triunfadores.
Un último comentario sobre las encuestas. Cuatro semanas antes de las elecciones, la conocida organización de encuestas Gallup, con más de 50 años de experiencia, anunció que aplicaría el criterio de “probables votantes” en sus encuestas y los resultados fueron de una ampia ventaja (entre 7 %, 6 % y 5 %) para Romney en la votación total nacional. Además, desde finales de septiembre y comienzos de octubre se apreció un cambio favorable a Romney en muchas de las encuestas de otras organizaciones, especialmente del Pew Research Center. Esta tendencia ha sufrido un ligero cambio hacia Obama en los últimos días.
Mucho se ha comentado sobre este fenómeno en los días recientes. En Estados Unidos hay innumerables centros, organizaciones y empresas dedicados a esa actividad. Las encuestas constituyen un efectivo instrumento de medición de las tendencias, resultan de muy diversas metodologías y fórmulas, con mucho de intuición y saber acumulado, con un alto grado de imprecisión o error en los resultados obtenidos (por lo general entre el 3 % y el 5 %). No constituyen una medición científica y precisa, sino un indicador de tendencias.
La palabra final la dirá la actuación de la infantería en el terreno porque, como dijo Julio César: Alea iacta est.
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