Por qué el gobierno de Estados Unidos no bloquea a la Unión Europea (UE) como “herramienta” para que en el denominado Viejo Continente se respeten los derechos humanos, violados flagrantemente con la ola represiva policial desatada en los países de esa región contra manifestantes pacíficos.
Solo en España se reportaron en la última huelga general de esta semana, casi 80 heridos, entre ellos un niño, como consecuencia del uso indiscriminado de la fuerza contra la población civil por parte de los gendarmes, quienes reprimieron a diestra y siniestra por orden del gobierno derechista del presidente Mariano Rajoy.
La actuación policial en España y otros países miembros de la UE, entre ellos Portugal e Italia, por citar algunos, es motivo suficiente para que tanto la comunidad internacional como los organismos de Naciones Unidas, entre ellos el Consejo de Derechos Humanos, se pronuncien ante esa conducta agresiva.
El régimen de Washington, el mayor paladín en el mundo de los derechos humanos, debería de igual forma accionar ante la generalizada violencia escenificada en Europa, que no se reduce solo al uso de la fuerza por la policía, sino también al desalojo de miles de familias de sus casas, como es el caso específico de España.
Durante las protestas pacíficas en las naciones de la UE se han registrado miles de detenciones arbitrarias, cientos de casos de torturas en las gendarmerías, y amenazas de despidos contra trabajadores para evitar que participen en las protestas contra el desempleo y los recortes sociales, provocados por la crisis económica que sacude a los países del también llamado Grupo de los 25.
En España, además, no han sido pocas las personas que se han suicidado tras ser despedidas de sus trabajos, o ser desalojadas de sus viviendas, al no poder asumir los pagos a los bancos.
Por mucho menos que esos acontecimientos violatorios de los derechos humanos, Estados Unidos y sus aliados europeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han invadido y llevado a cabo intervenciones militares en diversas naciones.
Pero peor aún, sucesivas administraciones norteamericanas han justificado una y otra vez ante la Asamblea General de la ONU que el bloqueo que impone a Cuba desde hace más de 50 años obedece, entre otras cosas, a supuestas violaciones de los derechos humanos en la Isla caribeña.
Precisamente su representante en Nueva York manifestó el pasado día 13, cuando se adoptó casi unánimemente por vigésima primera ocasión consecutiva una resolución de condena al bloqueo de Estados Unidos a Cuba, que esa política hostil de su gobierno constituía una “herramienta” para que en la Mayor de las Antillas se respeten los derechos humanos y la libertad de expresión.
Entonces habría que preguntarle a la actual administración norteamericana por qué no bloquea a la UE como un “instrumento” para que se deje de reprimir en los estados de esa organización regional.
Por cierto, si de “herramientas” se trata para evitar violaciones de los derechos humanos, Estados Unidos sería el primero que debería bloquearse a sí mismo.
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