20/03/2013 EDITORIAL
A 10 años de la invasión a Irak
Tras una década de la guerra liderada por EEUU contra Saddam Hussein se coincide en que fue un error histórico.
La guerra de Irak, una de las más crueles y destructivas de los últimos tiempos, comenzó el 20 de marzo de 2003, impulsada por los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN argumentando que el entonces régimen de Saddam Houssein había desarrollado armas de destrucción masiva, según informes irrefutables de inteligencia. Pero jamás se llegó a comprobar evidencia alguna de la existencia de ese armamento que supuestamente amenazaba la paz mundial. Tampoco se pudo comprobó la existenciadeo una capacidad bélica superior.
Más allá del derrocamiento del tirano y la liberación de un pueblo sometido, para Washington el balance resulta catastrófico: 4475 militares estadounidenses muertos y 32.000 heridos durante la operación “‘Libertad iraquí”, hasta la etapa de transición, que concluyó con la la retirada militar el año pasado. Se suman las víctimas de otros ejércitos de la coalición y de los civiles de diferentes países y de los propios iraquíes, además de colosales pérdidas materiales que llegaron a erosionar la economía estadounidense.
Ahora hasta los propios políticos que acompañaron la decisión del presidente George W. Bush, como el nuevo secretario de Defensa, el republicano Hagel, desaprueban la guerra calificandola de un grave error. Sin embargo, el ex primer ministro británico Tony Blair dijo ayer que “Irak hubiese sido mucho peor que Siria”, si no derrocaban a Saddam Hussein ya que utilizó armas químicas contra su propio pueblo. El ex premier cree “sinceramente y profundamente” que Hussein era una amenaza de seguridad mundial y por eso el Reino Unido se sumó a la intervención de las fuerzas aliadas. Las palabras de Blair contrastan con las de su viceprimer ministro, John Prescott, que en esta recordación reconoció que la invasión, en la que murieron 179 soldados británicos, “no puede ser justificada”.
De igual manera ha variado el pensamiento actual del pueblo estadounidense, que en 2003 expresó un apoyo superior al 70% a la decisión de invadir Irak, en una última encuesta muestra lo contrario en un 50%, a la vez de coincidir con los que consideran un grave error táctico y estratégico de tal gravedad, que se considera un segundo Vietnam en EEUU.
Irak, por su parte, no ha superado sus problemas políticos, económicos y sociales, como tampoco los embates de la insurgencia chiíta vinculados a Al Qaeda que han prometido aumentar sus ataques para recuperar los objetivos de la disputa fraticida.
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