La Jornada
Opinión
Lunes 22 de julio de 2013
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La implosión de Detroit
León Bendesky
L
a ciudad de Detroit se fundó en 1701. Durante el siglo XX su desarrollo se ligó con la expansión de la industria automotriz. También su posterior decadencia. Esta se ha extendido durante 40 años. En 1950 su población llegó a 1.8 millones de personas y en la última década se redujo apenas a poco más de 700 mil; desde 2000 perdió una cuarta parte de los habitantes, en un claro signo de una fuerte declinación del sector industrial.
El pasado 19 de julio la ciudad se declaró en quiebra al no poder seguir pagando sus voluminosas deudas, que ascienden a 18 mil millones de dólares. Esta es la quiebra más grande de una ciudad en Estados Unidos, seguida por Jefferson County, en Alabama, en 2011, con deudas por 4.2 mil millones y una población de 659 mil personas.
La confrontación legal con tenedores de bonos, pensionados y otros acreedores está abierta. La gente padece una gran incertidumbre pues no sabe si habrá servicios municipales o si deberán cambiar su residencia. Actualmente la ciudad cuenta con sólo 36 centavos para cubrir cada dólar de deuda.
La mayor parte de la deuda, casi la mitad, son obligaciones no fondeadas de planes de pensiones y de costos de salud para retirados. Para advertir el conflicto, nótese que se ha propuesto rebajar 90 por ciento estos pasivos con el consecuente costo político y social que acarrearía.
Hay diferencias legales entre una quiebra empresarial como la de General Motors, la más grande del lugar, y una ciudad, pero al final hay que pagar las deudas de alguna manera. Una de las preguntas que se hacen es si, como en el caso de GM que intervino el gobierno federal en 2009 con un esquema de salvamento, haría algo similar con la ciudad.
No hay evidencia de que así sea. Nadie justifica una acción como esa y el argumento predominante son las décadas de mala administración fiscal de los gobiernos municipales. Es curioso (¿será?) que en el caso de los bancos más grandes se aplica el criterio de riesgo sistémico y el Tesoro y la Reserva Federal intervienen para rescatarlos. Pero en una ciudad ese motivo no existe. Y se exime el riesgo moral que provocaría con otras ciudades endeudadas. Como si ese no fuese precisamente el caso de los grandes bancos.
Incluso hay reportes de que los acreedores le han echado el ojo a la importante colección del Instituto de Arte de Detroit, que es propiedad de la ciudad. Este asunto no es trivial. Este esquema de propiedad no es común en otros grandes museos y representa un buen ejemplo de lo que es un bien público y la necesidad de preservarlo como tal. Está considerado entre los diez principales museos enciclopédicos de Estados Unidos.
El fiscal general del estado ha dicho: “¿Si se pudiesen vender los hospitales y las universidades de Detroit también lo haríamos? Si se hacen ese tipo de cosas se estaría básicamente proponiendo cancelar la continuidad de la ciudad como una entidad”. Pero, como van las cosas estos días, ese no es un escenario imposible.
La industria automotriz cayó en fuerte desventaja desde los años de 1970 en términos de productividad y con una fuerte carga de costos laborales, ante la competencia de empresas japonesas –Honda, Nissan y Toyota– y alemanas como BMW. Esa brecha se fue ensanchando hasta 2008 y hoy, con la caída de la demanda por la crisis financiera, es difícil la consolidación.
En las imágenes de la ciudad pueden verse grandes áreas abandonadas y destruidas, una muestra de cómo se puede pasar del auge urbano a una honda crisis social y una situación espectral.
El auge no fue sólo industrial; en Detroit se creó una de las empresas que dieron un paso firme en la integración racial mediante la música. Se trata de Motown, creada por Berry Gordy Jr en 1959 y que sigue siendo hoy un referente cultural. Parte de esta historia, tanto de la implosión de Detroit como la de Motown, se puede ver en la película Buscando a Sugar Man que trata de ese extraño personaje que es el músico Sixto Rodríguez.
La industria automotriz sigue siendo parte integral de la economía de Detroit. Su debilitamiento tuvo que ver con los altos costos y con la producción en otros países, por ejemplo México. Aquí esa actividad es la que mayores exportaciones industriales genera en un comercio intrafirma con GM, Ford y Chrysler.
Pero la industria en Estados Unidos, incluyendo la automotriz, está ya en un proceso de restructuración que incluye volver a producir localmente y ahí tiene un lugar Detroit y su crisis. Esto puede modificar las condiciones en México y de modo significativo.
El caso de Detroit evidencia que el proceso urbano está estrechamente asociado con la estructura productiva y sus rápidas modificaciones en la era global y de “libre comercio”. Se trata, además, de la dimensión espacial del crecimiento económico y su correlato está en varias partes del territorio mexicano
La distancia entre Detroit y el Distrito Federal es de 3 mil 745 kilómetros, un poco menos a Silao; 3 mil 33 a Chihuahua, 2 mil 499 a Saltillo y 2 mil 914 a Hermosillo. Pero la distancia económica y financiera es mucho menor; los cambios en la organización de la industria automotriz son estratégicos para Estados Unidos y pueden ser rápidos y obligar a ajustes productivos, financieros, poblacionales y territoriales muy relevantes para México.
Comentario
jose luis escobedo
La experiencia en Detroit nos muestra lo que puede suceder en México en caso de una reorganización de la industria automotriz en Estados Unidos.Esta experiencia es la que debe mover a los gobiernos locales para estudiar un Plan B, que nos prepare para una posible modificación de la situación de aparente bonanza en que viven las poblaciones que dependen de la industria automotriz en México. Un acomodamiento de la industria automotriz en Estados Unidos no nos favorecería y solo aumentaría la lamentable situación de inseguridad y de pobreza que viven las ciudades de Saltillo, Silao, Hermosillo y Chihuahua. Los gobiernos locales viven engolosinados con las inversiones extranjeras, son sus vasallos, permiten la violación de las leyes mexicanas que protegen a los trabajadores y proclaman como un mérito a la mano de obra barata de nuestros trabajadores.El capital extranjero es golondrino y saqueador de la riqueza nacional. Gracias por el espacio.Jose luis Escobedo
No, gracias ditroit.
mar
La barbarie industrial que aniquila toda forma de vida. Antes de la usurpacion de Nuestro Gobierno Mexicano, por parte de foxa y luego calderon, los empresarios sucios y bastante malos,extranjeros, introdujeron a Nuestra Tierras, grupos terroristas con nombres e historias biblicas, co-patrocinadas por los traidores y los complices del infortunio mayor del hombre que es la guerra, el saqueo, la esclavitud y el ecocidio. Lo que esta ocurriendo en eu, ha sido perfectamente programado por los amos de la barbarie, estacionados para destruir y contaminar a costa de las ganancias, aparentemente monetarias y que ya no se pueden tolerar situaciones similares y menos en Mexico, porque el desorden de mas de 200 annios causado a todas partes del Planeta, es insostenible. No hay opcion, simplemente no debemos admitir la muda de industrias a Nuestras Bellas y Sagradas Tierras, que quedaran tan enfermas como las de los hoy declarados en banca rota. La Tierra no es desechable ni es ensuciable! Paz!
Detroit
Abe
Por mas que reestructuren en esa ciudad no creo que vayan a querer los trabajadores armar vehiculos por cien dolares como sucede en Mexico o en China, mas les valdria dedicarse a otra cosa. Por ejemplo a cultivar mota para Fox y su flamante socio.
Para poner atención…
Ingeniero Mexicano en Detroit
A Detroit solamente asisten profesionistas blancos durante el día, para trabajar en alguno de las oficinas que aún existen en la ciudad. Ninguno de ellos vive en la ciudad, sino en sus suburbios. Lo anterior debido al racismo inverso de Detroit: varios políticos negros han dicho, erróneamente, que “no necesitan el dinero de los blancos”. El resultado es que Detroit es pobre, despedazada, y con una población negra ignorante que nunca sale de su ciudad-ghetto. A raíz de los disturbios de 1968, los “ricos” (blancos) fueron expulsados de facto por los “revolucionarios” (negros) destruyendo la vibrante economía que antes tenía la ciudad. He ahí una enseñanza para la izquierda mexicana: para poder distribuir la riqueza, primero hay que crearla. Y el populismo de izquierda, lo único que crea (…y distribuye muy bien) es la miseria. Resultado? La clase media vive cómoda y segura en los suburbios, y los “revolucionarios” viven en la miseria, en una ciudad colapsada cada vez más peligrosa.
><
mar
Pues si! es el resultado de la esclavitud, del desorden que ha provocado la sociedad barbara que llego de europa, para destruir La Belleza Natural de Las Tierras Sagradas de los miles de Indigenas que mantenian LIMPIAS, RESPETADAS, AMADAS Y QUE VIVIAN BAJO REGLAS NATURALES Y DE UN AMOR MUY PROFUNDO HACIA LA VIDA. Paz y comprendamos la leccion para que Nosotros Los Mexicanos, podamos seguir dando a Nuestros Hijos, Patria, Casa, Hogar, Comida y un sitio justo en el tiempo de estancia en esta Bella Tierra.
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