EL SOPLÓN CONSIGUE ASILO
¿Se acuerdan de aquel soplón, que divulgó un sistema sofisticado de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos para espiar gobiernos, misiones y sedes diplomáticas, incluyendo de sus aliados? Después de pernoctar por cinco semanas en el aeropuerto de Moscú -desde donde no pudo continuar el viaje porque el Departamento de Estado norteamericano le anuló su pasaporte, exigiendo su extradición por delitos graves a la seguridad nacional-, Putin acaba de concederle asilo temporal por un año, provocando la ira del gobierno estadounidense. El incidente, como recordarán, también provocó la ira de Evo, a quien varios gobiernos europeos, creyendo que a bordo traía al soplón, le negaron sobrevolar sus cielos, cuando regresaba de una cumbre de Moscú con destino a Bolivia.
Hasta la OEA se pronunció condenando la violación a la investidura diplomática del mandatario, ya que eso -dijeron- no solo irrespeta la soberanía del gobierno boliviano, sino que ofende a toda Latinoamérica. Raro que, si el irrespeto a un gobernante ofende a todo el continente, el presidente hondureño no haya recibido igual trato cuando varios gobiernos del cono sur, enojados con Honduras (aunque el país ya había pasado por elecciones concurridas después del zafarrancho aquel), lo hicieron pasar por múltiples humillaciones. Le impidieron sobrevolar su territorio y vetaron su presencia a las cumbres regionales, bajo amenaza de boicotearlas, pese a que previamente había sido invitado por los anfitriones. Estos ingratos pasajes que rememoramos no tienen otro propósito que dejar constancia del doble rasero con que se miden estas cosas. Como de la hipocresía en la diplomacia.
Volviendo al soplón gringo que se ha convertido en molesto dolor de cabeza para el gobierno estadounidense. La decisión de los rusos de conceder el asilo ha provocado una “profunda decepción” a la Casa Blanca. Obama personalmente se había comunicado con Putin, por la vía telefónica. Se intuye que solicitando no otorgar el asilo y entregarlo a la justicia norteamericana, pese a que ambos países no tienen tratado de extradición. Pero como los rusos, con Putin a la cabeza, ya días vienen fortaleciendo sus posiciones hegemónicas con miras a recuperar el poder que añoran desde que se desburrungó la antigua Unión Soviética, la influencia de los gringos es muy limitada.
“A la luz de estos hechos -continuó diciendo el vocero de la Casa Blanca, aludiendo a una reunión bilateral prevista entre Obama y Putin, allá en Rusia, antes del fin de año- estamos evaluando la utilidad de una cumbre”. El soplón, no solo se le escapó a los gringos sino a la horda de periodistas que asechaba el aeropuerto de Moscú para entrevistarlo, ya que salió de las instalaciones en una operación clandestina hacia un lugar secreto y seguro. El otro gran informante, Julian Assange, el hacker australiano de Wikileaks, quien lleva más de un año de estar asilado en la embajada ecuatoriana en Londres, tratando de evitar su extradición a Suecia, celebró la decisión de los rusos. Vamos a continuar pendientes de la trama. A ver si Obama decide ir o no ir a Moscú a la reunión programada con su amigo Putin.
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