El presidente estadounidense, Barack Obama, dio el martes pasado su quinto discurso del Estado de la Unión, en el que se esperaba que delimitará su plan de Gobierno del 2014. Sin embargo, sus palabras no lograron engranar una visión de futuro sobre el país; habló, más que nada, de aspectos que no se materializaron en el 2013.
“Fue un débil discurso del Estado de la Unión, no había una agenda real. Cuando Obama hablaba daba la sensación de que era un buen discurso para utilizar en su campaña (no en la presidencia). De hecho, sólo ayudará a sus oposiciones”, estima Dennis Anderson, profesor de Gestión de la Información del St. Francis College de Nueva York.
A juicio del analista, cuando Obama no hizo valer su agenda -a través de su discurso- le da la oportunidad a los republicanos para que los critiquen y afirmen que el presidente se aleja de los intereses del pueblo estadounidense.
Claramente no fue un discurso conciliador, advirtió que utilizaría su poder Ejecutivo para decretar medidas necesarias para el país, como el aumento del salario mínimo para empleados federales pasando de 7,25 a 10,10 dólares la hora, y llamó a las corporaciones a sumarse a ello, para evitar más desigualdad social en la nación.
“Después de cuatro años de crecimiento económico, los beneficios empresariales y los precios de las acciones rara vez han sido más altos, y los de arriba no lo han hecho mejor. Pero el salario mínimo apenas se ha movido, la desigualdad se ha profundizado, la movilidad ascendente se ha estancado. La fría y dura realidad es que, incluso en medio de la recuperación, demasiados estadounidenses están trabajando más que nunca, sólo para salir del paso. Y muchos todavía no están trabajando en absoluto”, destacó Obama.
Paradójicamente, Obama se encuentra sumido en su peor resultado popular, similar al que vivió el entonces presidente George W. Bush. Un 40% apoya su gestión, mientras un 55% lo rechaza, según la más reciente encuesta del diario The Washington Post y ABC.
El editorial del diario The Washington Post asegura que Obama no confrontó lo suficiente al Congreso. Para el medio, “la propuesta más significativa fue subir el salario mínimo de los funcionarios federales, el resto sonaron familiares, huecas, vagas y pocos dañinas”, indica el texto.
Temas minimizados
Durante el 2013, el mandatario fue enfático en su intención de regular el uso de las armas, luego de la presión social que hubo tras el tiroteo en la escuela primaria Sandy Hook, en Connecticut, que dejó 26 personas asesinadas, 20 eran niños. En ese entonces, el tema fue mencionado en siete oportunidades. Hace dos días, solo hizo mención al asunto una vez.
También urgió al Congreso a lograr una reforma migratoria y cerrar la cárcel de Guantánamo, emblema de su campaña presidencial en 2008.
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