Estados Unidos sorprendido y sin maquillaje
Después de la Segunda Guerra mundial Estados Unidos emergió como potencia dominante, pues mientras se desarrollaba el conflicto y millones de soviéticos y polacos perdían sus vidas los norteamericanos hacían radios y refrigeradores, abrían sus puertas a científicos alemanes y se apoderaban de los mercados mundiales.
A pesar de su control financiero, militar y político y de las comunicaciones sobre el resto de las naciones Estados Unidos se quedaba cada vez más sin maquillaje. Según el estudio reciente publicado en Cubadebate más del 53 por ciento de los estadounidenses creen que su país juega un papel menos importante a nivel global en la actualidad y desaprueba la política exterior de su presidente. Para algunos estos resultados le serán efímeros o sin importancia, pero en realidad muestran la pérdida de su fachada y el descontento de las masas.
Sucede que después de ascender a la cúspide del poder los americanos escandalizan al mundo con sus intromisiones, demagogia e intentos de dominación. Obama aun siendo demócrata ha impulsado más guerras que cualquier republicano. Cuando sucedió el terremoto en Haití la primera ayuda enviada fue el Ejército, la guerra en Iraq no termina, estuvieron detrás del revuelo y el asesinato del presidente de Libia, matan a civiles en Paquistán, acusan a Siria de utilizar armas químicas e implantarán la mayor base naval de América Latina en Honduras.
Como si esto no fuera poco manejan sus relaciones, organizaciones y bancos a su antojo y se niegan a firmar el tratado Libre de Comercio. El espionaje y las acciones contra la soberanía de otros países dejó de ser un mito y salió a la luz con los escándalos de Wikileaks y reciente con el ex agente de la CIA Edward Snowden, exiliado en Rusia.
Internamente el imperio se desmorona. El Congreso se niega a disminuir el financiamiento a la guerra para sustentar los seguros médicos y los asuntos de emigración. Las empresas desplazan operaciones hacia el extranjero y las soluciones para la crisis económica disparada en 2008 no aparecen.
El mundo de hoy ya no es el mismo de antes y la idea de una dominación hegemónica se hace casi imposible. Quizá si los vecinos del norte se dedicaran más a sus propios problemas a los demás países podrían salir adelante y el pueblo confiaría más en su gobierno.
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