Calculated Atrocity

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Calculada atrocidad

El martes hizo irrupción en el ciberespacio un breve video que muestra la decapitación del periodista gráfico James Foley por un verdugo perteneciente al autotitulado Estado Islámico (más conocido por su sigla en inglés ISIS).

En la grabación, el sicario intenta justificar la atrocidad sosteniendo que es un acto de represalia por la decisión del presidente Obama, de autorizar ataques aéreos contra las fuerzas del ISIS que amenazan el territorio del Kurdistán, en el noreste de Irak. En el video el ISIS amenaza con asesinar a otro periodista que tiene prisionero, Steven Sotloff, si los Estados Unidos no cesan con sus operaciones militares.

La organización Reporteros sin Fronteras declaró que Foley era un reportero internacional de gran experiencia, que no trabajaba para el gobierno de los Estados Unidos y que no representaba a una determinada nación. Lo sucedido resalta los peligros que enfrentan los periodistas en esas regiones de gran peligro, en sus esfuerzos para arrojar luz sobre algunos de los rincones más oscuros del mundo y, también, de la mente humana.

Foley había sido secuestrado en el norte de Siria, en noviembre de 2012. En Siria están cautivos tres corresponsales extranjeros, cuatro han desaparecido, aproximadamente veinte periodistas sirios están en manos de grupos armados, y las fuerzas del gobierno tienen presos a treinta periodistas de esa nacionalidad. El ISIS ha asesinado a varios periodistas sirios en meses recientes, pero este es el primer caso de muerte de un periodista extranjero.

La calculada crueldad de esa organización terrorista es notoria.

Hace unos días miembros del ISIS masacraron a los habitantes de un poblado yazidi que no se habían refugiado en las montañas adyacentes, como lo hicieron miles de personas pertenecientes a ese grupo. Aprovechando la debilidad de los Estados de Siria y de Irak, sus fuerzas se expandieron por un amplio sector de su territorio y amenazan la región desde el Líbano hasta el Kurdistán. Ahora, y con el decisivo apoyo aéreo de los Estados Unidos, las fuerzas iraquíes y kurdas comienzan a recuperar el territorio perdido.

Sería un error considerar a la ejecución y el video, a pesar de su crudeza, como el producto de una mente primitiva y fanática.

El ISIS emplea los más modernos medios de comunicación electrónica como un instrumento para minar la moral de sus adversarios y ganar adeptos en el Medio Oriente y, también, en Europa. Esta última no es una amenaza menor. Los estudios sobre el mensaje del jihadista que mató a Foley, registrado en video, sugieren que es originario de la Gran Bretaña. La radicalización de jóvenes pertenecientes a familias de inmigrantes de fe islámica nacidos en Gran Bretaña o en otros países europeos, crea desafíos nuevos y muy complejos para esas sociedades.

La lucha contra el ISIS y otras organizaciones similares, no se libra solamente en el campo de batalla, en Irak y Siria, sino también en las comunidades islámicas y en el seno de las familias que las componen, en diferentes países europeos. Es una amenaza global.

Las acciones del ISIS, plantean el antiguo problema de decidir dónde debe cesar el diálogo y cuando es inevitable recurrir a la fuerza.

El papa Francisco afirmó el lunes que “en estos casos, donde hay una agresión injusta solo puedo decir que es legítimo frenar a un agresor injusto”. Y agregó: “Subrayo el verbo `frenar`. No estoy diciendo `bombardear` o `hacer la guerra`, sino `frenarlo`”. En su opinión, las Naciones Unidas serían el foro apropiado para resolver si “¿hay una agresión injusta? Eso parece. ¿Cómo podemos frenarla?”.

En este caso, la comunidad internacional está de acuerdo en contener y derrotar a esta forma especialmente virulenta de extremismo. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó varias Resoluciones sobre este desafío, la más reciente es del 15 de agosto, donde, actuando bajo el Capítulo VII de la Carta, referente a acción en caso de amenazas a la paz internacional, aprueba un conjunto de medidas contra el ISIS.

Es un avance importante. Pero no alcanza con las declaraciones, es imprescindible respaldar las palabras con la fuerza. Todo indica que será una guerra muy larga.

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