The Latino Vote in 2016

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Para ganar el voto latino los candidatos punteros en ambos partidos deberán darle la espalda a los suyos, Hillary Clinton deberá alejarse de Obama, y Jeb Bush de los conservadores de su partido. Para Clinton será sencillo, a Bush podría costarle la candidatura.

En la carrera por ganar el voto latino en 2016, ambos candidatos enfrentan obstáculos irreductibles, pero también atributos innegables. Clinton deberá convencer de que no continuará con la política de deportaciones y que cumplirá las demandas históricas de los latinos en temas como educación y salud. Clinton cuenta con la natural afiliación de los hispanos al Partido Demócrata. Por su parte, Bush tendrá que hacer propuestas que lo alejen de los conservadores de su partido, incluido el Tea Party, poniendo en riesgo su candidatura en las primarias. Su capital a favor es la foto familiar que dice más que mil palabras, una esposa de origen mexicano y unos hijos con rasgos latinos.

¿Por qué son tan importantes los latinos en las elecciones? El voto hispano ha crecido de manera constante, en 2008 eran aproximadamente diez millones de votantes, para 2010 eran 12 millones, y para 2016 se espera que serán más del 12 por ciento de los votos. Los latinos tienen importancia en los conocidos swing states como Colorado, Florida, Nevada y Nuevo México, estados que no tienen mayoría partidista, votan por ambos partidos y terminan decidiendo las elecciones. A pesar de que 67 por ciento de los latinos dice tener preferencia por los demócratas, también se inclinan a votar por candidatos republicanos moderados, no es el caso de otras minorías como los afroamericanos.

Para entender la importancia del voto latino basta ver a los contendientes empezar sus campañas internas con un especial énfasis en los hispanos. Bush mostrando su

dominio del español en anuncios de televisión y Clinton hablándoles de manera directa. Los candidatos primero deben ganar la nominación de su partido en las conocidas Primarias Electorales. Para ello deberán decirle a su base partidista lo que quiere escuchar o perderán la candidatura interna.

En este caso el que lleva las de perder es Jeb Bush. La base republicana está en contra de la reforma migratoria y del incremento en el gasto público, y para ganar el voto hispano Bush deberá presentar una propuesta específica en ambos temas. A pesar de ser el republicano más indicado para atraer al electorado en 2016, debe superar la prueba interna atrayendo al público en general sin alienarse de su base partidista.

Clinton deberá convencer a los demócratas de que su política hacia los latinos será muy distinta a la de Obama, quien contó con más de 70 por ciento del voto hispano en 2012, a pesar de que en su primer término no cumplió las promesas que hizo en 2008. En estos momentos, nadie sabe por quién se inclinarán los demócratas, o si Jeb Bush logrará imponerse en las primarias. De llegar ambos, será una contienda muy cerrada por el voto latino que, contrario a su tradicional forma de votar, podría inclinarse hacia los republicanos.

Para los latinos las elecciones van más allá de candidatos hablando español o mostrando empatía con lo hispano. Los latinos esperan ser más que moneda para ganar elecciones y que cuando lleguen a la silla presidencial no los olviden de la manera en que lo hizo Obama e impulsen las reformas que les permitan mejores oportunidades en salud, educación e inclusión social.

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