They Have What They Deserve

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Los estadunidenses se merecen todas las armas del mundo. Sí señor. ¿Quiénes somos nosotros -ciudadanos de “países de mierda”, como diría ¬Donald Trump- para privarles de su juguete favorito? ¿Quiénes somos para recordarles que, dado que tienen tantas armas como habitantes, la probabilidad de morir de un tiro es brutalmente alta? ¿Quiénes somos para amargarles con el dato de que cada 15 minutos una persona muere de un balazo en Estados Unidos?

Gracias al derecho a portar armas, recogido en la Constitución y defendido con ardor por los republicanos (previo cheque cobrado de la Asociación Nacional del Rifle), Nikolas Cruz se regaló por su mayoría de edad un fusil semiautomático.

Gracias a que los floridianos depositaron su confianza en los republicanos para que controlaran su congreso estatal, pudieron sacar adelante leyes como la que permite que alguien pueda comprar un arma con 18 años, pero tiene que esperar a tener 21 para comprar tabaco y bebidas alcohólicas.

Aún hay más. Gracias a que Trump, un acérrimo defensor de la venta libre de armas, ganó las elecciones, en febrero del año pasado eliminó la obligación de las armerías de cotejar si el cliente presenta problemas mentales.

Si los votantes de Florida hubiesen dado el triunfo a los demócratas en ese estado, la presidenta de EU sería en estos momentos Hillary Clinton y nunca habría eliminado el tímido control de armas que logró Obama. Si hubiera ocurrido esto, no habría sido retirada de las armerías la ficha de expulsión por comportamiento violento de Nikolas Cruz, y por tanto, no habría podido comprar legalmente el arma con la que asesinó a 17 de sus compañeros.

Sólo por eliminar este control, Trump debería ser juzgado y condenado. En vez de eso, dice ahora que el problema no es el nulo control de armas existente, sino que éstas caen en manos de enfermos mentales. Habría que recordarle que perturbados (por cierto, él mismo lo es) hay en todas partes, pero la diferencia es que en el resto de países no tienen ningún tipo de acceso a las armas, y por tanto no existe la epidemia de tiroteos que sufre EU.

Así que, retomo el sabio consejo de una alumna de la escuela atacada a Trump: “No quiero tus consejos, pedazo de mierda, sino más control de armas”. Y por último, ahí les va otro consejo, a ella y al resto de sus compatriotas: Si de verdad quieren eliminar esta lacra empiecen por no votar a quien defiende las armas; de lo contrario, seguirán teniendo lo que se merecen.

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