Al tiempo que Estados Unidos se prepara para tratar la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, el Departamento de Justicia ha revelado una serie de nuevos cargos contra él, por los cuales pudiera enfrentar 170 años de prisión si es condenado.
Los nuevos alegatos incluyen 17 cargos separados bajo la Ley de Espionaje y de acuerdo con el Departamento de Justicia, todos están vinculados con la filtración de documentos clasificados relacionados con la seguridad nacional de Estados Unidos, que son parte de las filtraciones hechas por Chelsea Manning, quien luego de recibir el perdón presidencial de Barack Obama, fue definitivamente reenviada a prisión por la administración de Donald Trump por rehusarse a testificar contra Julian Assange.
Según comenta Antiwar.com, el escenario apunta a un potencialmente muy controversial caso. Aunque solía utilizarse para perseguir casos de espías para gobiernos extranjeros, la Ley de Espionaje de 1917 se ha utilizado repetidamente para atacar a periodistas y aquellos que proporcionan información a los periodistas. Su uso contra la prensa históricamente ha sido criticado profundamente.
La administración de Trump ha tratado de empujar una narrativa en la que, a pesar de que WikiLeaks se comporta como una corriente periodística, es algo distinto, casi con toda seguridad un argumento que imaginan tendrían que discutir en un caso como este para darle otro rango que no sea censura a los medios de comunicación.
Si la condena de Julian Assange es exitosa, tendría un efecto escalofriante en la prensa estadounidense y de hecho en la prensa internacional ya que Assange no es estadounidense, ni residía en EE. UU. durante los «crímenes» en cuestión, estableciendo que el Gobierno estadounidense puede encarcelar a los periodistas por informar sobre sus secretos embarazosos, comentó Antiwar.
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