Migración, cada vez más complicada
A la izquierda, grupos expresaron su indignación por las fotos y videos; a la derecha, defendieron la postura de dureza hacia inmigrantes
Más y más, la frontera entre Estados Unidos y México se convierte en un problema político para los estadounidenses y mexicanos.
Desde la perspectiva estadounidense, el tema es uno de pérdida absoluta: no hay manera que la situación de la frontera y de los inmigrantes indocumentados sea resuelta a satisfacción de todas las partes en un debate ya viejo y cada vez más ideológicamente acrimonioso y polarizado.
La semana pasada, las imágenes de miles de inmigrantes haitianos refugiados bajo el puente fronterizo entre Del Río (Texas) y Ciudad Acuña (Coahuila), y el trato recibido de miembros de la Patrulla Fronteriza montados a caballo, que aparentemente usaron riendas o fuetes para golpearlos, se convirtieron en el foco de lo que es cada vez más una debacle para el presidente Joe Biden.
“Por supuesto que asumo la responsabilidad. Soy Presidente. Pero era horrible lo que, ver, como viste, ver a la gente tratada como lo hicieron, gente casi atropellada por los caballos y atada. Es indignante”, declaró Biden antes de anunciar que se desarrollaba una investigación y habría consecuencias.
Pero si la sinceridad de la indignación puede ser incuestionable, las referentes a la investigación sobre la conducta de los agentes fronterizos cae directamente en un familiar terreno sobre los derechos de los migrantes indocumentados y la impunidad y leniencia para los “guardianes de la ley”.
Cierto que se trata de dos golpes políticos para Biden. Por un lado, las fotografías y videos contrastan con sus promesas como candidato, de que desarrollaría una política migratoria más humana y menos restrictiva.
Por otro, el que se haya tratado del maltrato físico de personas de raza blanca contra otras de raza negra dió una dimensión diferente a la situación, que entró claramente en terrenos del feroz debate racial, que por años ha sacudido a Estados Unidos.
A la izquierda, grupos y políticos tanto liberales como afroestadounidenses vinculados con el Partido Demócrata expresaron su indignación y recordaron a Biden sus deudas electorales con ellos.
A la derecha, hubo expresiones de defensa para posturas de dureza hacia inmigrantes indocumentados y las deportaciones expeditas de los detenidos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, promueve su propia “política” migratoria, con barreras de metal, agentes de Policía y miembros de la Guardia Nacional.
La multitud de haitianos bajo el puente de Del Río desapareció y la mayoría regresó a México para evitar ser deportados por las autoridades estadounidenses por avión a Haití, del que algunos de ellos salieron hace años empujados por la misma crisis que hace de su país un estado casi fallido.
Al margen de la posición de su gobierno, México se ha convertido en un “filtro” de migración que pone, deje de hacer o cómo lo haga, en medio del debate político estadounidense y en una discusión propia.
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