Negociación secreta entre México y EU
Los reporteros de The New York Times, Julie Hirschfeld Davis y Michael D. Shear, revelaron la secreta negociación que Marcelo Ebrard sostuvo con funcionarios de Donald Trump para aceptar el programa “Permanezca en México”.
Remain in Mexico se origina en una ley de Estados Unidos con aplicación extraterritorial en nuestro país que, a pesar de violar la soberanía nacional, Ebrard lo aceptó cuando ni siquiera estaba en funciones.
El libro Border wars. Inside Trump´s assault on immigration (Guerras fronterizas. Dentro del asalto de Trump a la inmigración), fue publicado en octubre de 2019 pero es poco conocido en nuestro país, pues no existe traducción al español.
Los periodistas escribieron que el 15 de noviembre de 2018, en Houston, el designado secretario de Relaciones Exteriores aceptó Remain in Mexico en la reunión que sostuvo con los secretarios Mike Pompeo y Kirstjen Nielsen, en compañía de su entonces asesor Javier López Casarín.
Los autores revelaron que, antes del encuentro en Houston, Miles Taylor, asesor principal de Nielsen, y López Casarín, brazo derecho de Ebrard, sostuvieron “reuniones diplomáticas clandestinas” para afinar el acuerdo migratorio antes de que lo aprobaran sus jefes.
La historia de la negociación secreta está narrada en el capítulo Mexican standoff (Enfrentamiento con México), basándose en fuentes y documentos estadounidenses.
El libro es de lectura obligada para entender la actual crisis humanitaria, cuando México se convirtió en el patio trasero migratorio de Estados Unidos, que tanto daño y muerte ha causado a los migrantes.
De acuerdo con los autores, a fines del 2018, Ebrard propuso dos condiciones para aceptar Remain in Mexico:
1. Que Estados Unidos anunciara una inversión por 10 mil millones de dólares para el desarrollo en México y Centroamérica, antes de dar a conocer el programa Permanezca en México. Sí ocurrió el anuncio pero Trump nunca envió un solo dólar.
2. Que no se firmara ningún acuerdo del programa, a cambio de que se haga un intercambio de notas diplomáticas. Por un lado, Estados Unidos comunica el regreso unilateral a territorio mexicano de los solicitantes de asilo y, por el otro, México responde que no tendría objeción alguna a que esperen en territorio nacional.
Creo que la estrategia de Ebrard fracasó. Trump impuso el ignominioso programa “Permanezca en México”, aún vigente, y nunca envió un solo dólar a la región. La soberanía de México había sido vulnerada.
Cuando Ebrard negociaba en la oscuridad, dicen los autores, The Washington Post reveló la existencia del programa “Permanezca en México”, a espaldas de la futura secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, responsable de la política migratoria de la administración entrante, quien declaró: “No existe ningún acuerdo entre el futuro gobierno federal de México y los Estados Unidos de América”. Es evidente que Sánchez Cordero no sabía nada de los tratos secretos de Ebrard.
Finalmente, por instrucciones del presidente López Obrador, Sánchez Cordero fue marginada de la política migratoria, Ebrard recibió a los solicitantes de asilo en Estados Unidos y coordinó el envío de la Guardia Nacional a las fronteras para controlar a los migrantes, con el aplauso de Trump. Qué triste memoria para México.
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