Mexico and the United States, Moving Forward or at a Standstill?

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Columna invitada

México y Estados Unidos, renovación o inercia

[Gabriela Cuevas Barrón]

Gabriela Cuevas Barrón 07 de febrero de 2022, 18:34

Crisis migratoria, retiro de tropas en Afganistán, crisis con Francia, tensiones con China, confrontación con Rusia, una agenda ambiental que no despega y un revés a su promesa de eliminar el programa “Quédate en México”, son parte del saldo de la política exterior de Joe Biden en su primer año al frente del gobierno de los Estados Unidos.

La relación con Estados Unidos es prioritaria e indispensable para nuestro país: millones de mexicanos radican en su territorio, nuestras exportaciones alcanzaron los 494 mil 224.5 millones de dólares (Inegi) y existe una comunidad binacional fronteriza cada vez más integrada que es motor de las economías nacionales. Así, la agenda es tan amplia como dinámica y compleja.

A pesar de nuestra estrecha relación y de los durísimos debates electorales que ponían a México como piñata de campaña en los Estados Unidos, hoy nuestro país ha perdido relevancia en la agenda norteamericana. No extrañaremos el discurso xenófobo de Donald Trump, pero sí los beneficios que se recogen cuando se es un actor relevante en una de las mesas políticas más importantes del planeta. ¿Podemos ser relevantes para Estados Unidos mientras las tensiones con Rusia y China determinan la agenda global?

Por cálculos frívolos se colocaron las preocupaciones migratorias como un asunto de seguridad en lugar de una cuestión humanitaria. México perdió un importante espacio de negociación – y el reconocimiento y legitimidad que había ganado al frente del Pacto Global sobre migración – cuando aceptó el programa “Quédate en México”. Sin embargo, Biden continúa rebasado por el número de personas que sufren para llegar a Estados Unidos, y no complace ni a su propio partido que reclama una solución apegada a los derechos humanos, ni a la oposición republicana antimigrante.

México ofrece el programa “Sembrando vida” como una opción de desarrollo para Centroamérica y nuestro propio país. Aunque es temprano para analizar la viabilidad de esta política, sí sabemos que los flujos migratorios siguen presionando a Biden. México puede ser una opción inteligente que ataje las condiciones que originan la migración; sólo así podría el Presidente estadounidense escapar a ese debate.

Una de las grandes fortalezas de México para negociar con su vecino del norte es la agenda de seguridad. Para Estados Unidos, los temas relacionados con el terrorismo, las aduanas, los cárteles de la droga, la migración, las extradiciones, el lavado de dinero, entre muchas otros, son asuntos que van directo al corazón de la seguridad nacional, y por tanto a las prioridades del gobierno. Estados Unidos no puede tener una política de seguridad sin necesitar la colaboración en su frontera sur.

La vertiente económica también ofrece oportunidades: la inflación no cesa, las cadenas de suministro aún se ven afectadas y las tensiones comerciales con China aumentan. La economía en Estados Unidos crece, y con ello crece la demanda laboral y los salarios. México renegoció el tratado de libre comercio para América del Norte (T-MEC) con numerosas oportunidades para consolidar a la región como la economía más fuerte del planeta. Esta agenda puede ser interesante para Washington en la medida que ofrezcamos la alternativa que ya no pueden tener en China, pero se requiere de planeación conjunta, de mayor liderazgo y definiciones en política industrial con estrategias de corto y largo plazo.

México necesita generar un nuevo modelo de relación bilateral que avance posiciones estratégicas con respeto a la soberanía y decisiones de cada nación. Un modelo que incluya a los distintos actores en una estrategia de diplomacia pública integral y encabece los esfuerzos para revitalizar la presencia de México en Estados Unidos, cambiar la narrativa y colocarnos en una posición de liderazgo económico, académico, social y político. La alternativa es continuar en el camino en el que andamos y que cada día parece entregar menores resultados.

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