An Ambitious Proposal

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Una iniciativa ambiciosa

La historia del continente y, en especial con EU, ha sido accidentada

LOS ÁNGELES, California. “La democracia no es sólo el rasgo definitorio de la historia de las Américas, sino que es el ingrediente fundamental para el futuro de América. “No siempre acordamos en todo, pero porque somos democracias trabajamos en nuestros desacuerdos con respeto mutuo y diálogo”, dijo Joe Biden.

Al margen de que los cínicos podrían preguntar por el diálogo en el caso de los tres países dictatoriales excluidos del evento, puede decirse que fue un planteamiento tan ideológico como idealizado.

La historia del continente y, en especial la de la relación con EU, ha sido accidentada. Pero también está llena de buenas intenciones y malas interpretaciones con versiones propias de “lo que debe ser”, del “cómo debe ser” y de controles en el ejercicio de las ayudas que han contribuido a la desconfianza de latinoamericanos de izquierda y de derecha.

El entusiasmo con que muchos jóvenes estadounidenses viajaron para trabajar como voluntarios en comunidades rurales latinoamericanas encontró a veces problemas de comprensión, en choques culturales y en la interpretación de misiones.

La IX Cumbre de las Américas puede ser un capítulo más en esa historia de frustraciones, en alguna medida por las propias características de un país democrático, cuyos cambios de gobierno han implicado con frecuencia la burocrática muerte lenta de propuestas por inanición política.

En ese sentido, es difícil descartar el que se cumplan los vaticinios de cambio de partido en las mayorías legislativas, en las elecciones de noviembre, o en la Casa Blanca, en 2024, y la llegada de un Partido Republicano dominado por la derecha “dura” .

Es cierto que las proposiciones de Biden tienen un enorme interés estratégico y geopolítico para EU y los países en su entorno regional. Su fracaso lastimaría a todos.

Las propuestas de EU fueron, como ocurrió ya en otras ocasiones históricas, atractivas, aunque pueden ser un reto a la hora de ejecutarlas.

Desarrollo de personal médico, comercio, inversiones… la lista es corta, pero el alcance de las ambiciosas propuestas por el gobierno de Estados Unidos a los países latinoamericanos es formidable.

En términos reales puede hablarse de una iniciativa con claras motivaciones geopolíticas, encaminada a contrarrestar la creciente competencia económico-comercial, y por supuesto influencia política de China, y tal vez de otros, en la región.

Algunos pueden preguntarse, si es muy poco y muy tarde. O si EU podrá cumplir su promesa, ante la polarización política por la que atraviesa.

La otra cara de la moneda, es que hacen el planteamiento a los gobiernos de una región igualmente dividida, polarizada y escéptica, renuentes a aceptar que una parte significativa de sus problemas se deben a sus propias incapacidades.

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