La naturaleza convierte a Maui en Hiroshima sin bomba
Oficialmente hay 111 víctimas, pero todo el mundo sabe que esa cifra es una tímida aproximación a la realidad
Lahaina, en la isla de Maui, es la capital del antiguo Reino de Hawai. Un lugar paradisíaco que se ha convertido en un infierno merced a un episodio que recuerda la destrucción de Hiroshima y Nagasaki por medios no nucleares. El enviado de ABC ha comprobado que la tragedia humana es incalculable. Oficialmente hay 111 víctimas, pero todo el mundo sabe que esa cifra es una tímida aproximación a la realidad de un lugar que actuó como un crematorio donde ardieron dos mil edificios en un instante. Los vecinos del lugar se mueven entre la aceptación de que nada se podía hacer para evitar lo ocurrido y la rabia de los que comienzan a conocer detalles de los errores cometidos por los servicios públicos –que cortaron la electricidad cuando no debían, por ejemplo–, de la tardanza del auxilio del continente o de los fallos de Protección Civil que ni siquiera pusieron en marcha las sirenas de alarma porque estas están diseñadas para tsunamis y habrían empujado a la gente hacia las llamas.
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