Trump contra Biden: la revancha
Al final de febrero de 2024, la campaña de reelección del actual presidente reportó más del doble en fondos disponibles en comparación con la campaña de su rival
Analizando en profundidad las campañas presidenciales de 2024 de Donald Trump y Joe Biden, es evidente que ambos candidatos ofrecen visiones marcadamente diferentes para el futuro de Estados Unidos, no sólo en términos de política interna, sino también en sus enfoques hacia desafíos globales y económicos.
La capacidad de recaudación de fondos de cada campaña destaca diferencias significativas. Biden ha superado consistentemente a Trump en este aspecto, lo que refleja un apoyo financiero robusto y posiblemente una mayor base de apoyo dentro del espectro político. Al final de febrero de 2024, la campaña de reelección de Biden reportó tener más del doble en fondos disponibles en comparación con la campaña de Trump.
The Wall Street ha sugerido que una victoria de Trump podría impulsar los mercados de acciones debido a promesas de reducciones de impuestos más profundas, aunque su enfoque agresivo en políticas comerciales, particularmente con China, genera preocupaciones sobre posibles conflictos comerciales renovados. Por otro lado, una reelección de Biden podría favorecer a las industrias de energías renovables debido a su enfoque en iniciativas de energía limpia.
Trump ha propuesto imponer aranceles universales a todas las importaciones en EU y un arancel específico de 60% a las importaciones desde China, políticas que subrayan su postura proteccionista. Biden, manteniendo el enfoque de su administración anterior, propone incrementar el impuesto corporativo a 28% y duplicar la tasa impositiva sobre ingresos intangibles bajos gravados globalmente (GILTI) de 10.5% a 21%, reflejando un enfoque más tradicional y posiblemente menos divisivo hacia el comercio internacional y la política fiscal.
Ambos candidatos tienen enfoques marcadamente diferentes hacia China, un factor crítico en las relaciones internacionales y la estrategia global. Trump fue notable por su enfoque de confrontación directa y unilateralismo, mientras que Biden ha preferido una ruta multilateral, buscando alinear aliados en confrontaciones diplomáticas.
Mientras que Biden parece avanzar con una estrategia que enfatiza la continuidad y la estabilidad, apoyada por una recaudación de fondos sólida y propuestas políticas que reflejan una orientación hacia el futuro, Trump enfrenta el desafío de navegar un panorama complicado de cuestionamientos legales y financieros, junto con un enfoque de política exterior que privilegia el unilateralismo y el proteccionismo.
Las implicaciones de estas diferencias para el futuro político y económico de Estados Unidos son profundas, invitando a un análisis continuo a medida que avanza la carrera hacia las elecciones de noviembre. Una pregunta que nos hacemos quienes deseamos que nunca vuelva Trump, es por quién votarán los seguidores de Nikki Haley.
Según las encuestas, muestran una inclinación notable hacia Joe Biden en caso de tener que elegir entre él y Donald Trump para las elecciones de 2024. En Iowa, casi la mitad de los partidarios de Haley, 43%, prefieren votar por Biden sobre Trump.
Los estados decisivos en el colegio electoral, a menudo denominados estados “swing” o pendulares, jugarán un papel crucial en determinar el resultado de la elección presidencial de 2024 entre Donald Trump y Joe Biden.
Para Biden, estados como Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Georgia y Carolina del Norte son críticos. En 2020, Biden logró victorias ajustadas en muchos de estos estados, lo que fue clave para su éxito electoral. Sin embargo, enfrenta retos específicos para mantener o expandir su apoyo.
Por ejemplo, su política exterior, particularmente su apoyo a Israel puede complicar sus esfuerzos por asegurar el voto de las minorías musulmanas en estos estados. La política de Biden hacia Israel, percibida como incondicionalmente solidaria, podría alienar a los votantes musulmanes, quienes pueden estar en desacuerdo con sus posturas sobre el conflicto palestino-israelí.
Donald Trump, por su lado, enfrenta sus propios desafíos. Sus declaraciones polémicas y su política antiaborto pueden resultar divisivas en estos mismos estados. La decisión de la Corte Suprema de revocar Roe v. Wade bajo una mayoría conservadora ha hecho que el tema del aborto sea aún más central en el debate político estadounidense.
Los estados pendulares, con sus poblaciones diversamente compuestas por electores suburbanos, mujeres y jóvenes, pueden ver este tema como determinante. La postura de Trump, que favorece restricciones significativas al aborto, podría alienar a votantes moderados y a mujeres, cuyos votos son cruciales en estados indecisos. Es la lección de las últimas elecciones.
Tristemente, aún la moneda está en el aire.
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