The concern of the Republican camp is justified. George W. Bush was able to capture the White House in great part thanks to the Latino voters who supported him in record numbers.
Today, however, Hispanics have abandoned the Republicans. The primary reason has been the fury of ultra-conservatives with everything related to immigration reform.
“Amnesty, amnesty, amnesty!” This has been the continuous call from the Republicans, even those who recognize that the immigration system is broken and something must be done to repair it, like Sen. John McCain.
The Pew Hispanic Center just released an opinion poll where this desertion is clear. If the ex-governor of Massachusetts, Mitt Romney, faced Obama, the president would win by a wide margin among Hispanics, with 68 percent. Romney would only win 23 percent of registered Latino voters.
These results are very similar to those in the 2008 election, where Obama won these voters 67 percent to McCain’s 31 percent.
The incredible fact is that this trend is taking place even while Hispanics are not happy with Obama. Not only has the president not pushed any initiative related to immigration, he has also increased the total number of deportations to numbers never seen before, almost double that of Bush, his predecessor.
The same poll from the Pew Hispanic Center shows that more than half of Hispanics, 59 percent, disagree with his deportation policy. And even though in 2010, 58 percent agreed with Obama’s policies in general, today that has dropped to 49 percent.
But, even so, listening to Republican speeches and debates convinces most Latinos that the best scenario would be for Obama to be re-elected; 57 percent of polled Hispanics today prefer four years more of Obama, while 34 percent prefer to give that opportunity to Romney.
One can bet on continued progress of the DREAM Act, which would allow those who came to the U.S. illegally, brought as infants or young children by their parents, to come out of the shadows and gain legal status to obtain an education.
This is an issue Obama touched on in his speech to the nation, one of the few issues where he made his convictions and preferences clear. The reason is obvious. Today there are 15 so-called “swing states,” where votes could go to either the Republicans or the Democrats in November. In these states, including Florida with its juicy number of delegates, there are important numbers of Latino voters.
Hence, both Obama and the Republicans must get to work to attract these voters.
Obama already launched this effort with his State of the Union address. The Republicans are being left behind. Aside from the Washington Post article written by Jeb Bush, George W. Bush’s brother and ex-governor of Florida, where he outlines ways in which Republicans could win over Hispanics, the GOP’s discourse has been one of rejection of the Latino community.
El voto latino
Hoy los hispanos han abandonado a los republicanos. La principal razón ha sido la furia de los ultraconservadores.
Ana Paula Ordorica
La preocupación en el campo republicano no es para menos. George W. Bush pudo llegar a la Casa Blanca en gran medida gracias al voto latino, el cual lo apoyó en números récord.
Y, sin embargo, hoy los hispanos han abandonado a los republicanos. La principal razón ha sido la furia de los ultraconservadores con todo lo
que se acerque a una reforma migratoria.
“¡Amnistía, amnistía, amnistía!” Ese ha sido el grito recurrente de los republicanos... incluso de los que en algún momento reconocieron que el
sistema migratorio está roto y que algo había que hacer para componerlo, como el senador John McCain.
El Pew Hispanic Center acaba de sacar una encuesta en la que queda claro este abandono. Si se enfrentara hoy el ex gobernador de
Massachusetts, Mitt Romney, con Obama, el presidente ganaría ampliamente entre los hispanos, con 68 por ciento. Romney sólo ganaría el
apoyo de 23 por ciento de los votantes latinos registrados.
Estos resultados son bastante similares a los de la elección de 2008, en donde Obama le ganó estos votantes con 67 por ciento frente a 31 por
ciento que recibió John McCain.
Lo increíble es que esto suceda aun cuando los hispanos no están contentos con Obama. El Presidente no sólo no ha empujado ninguna
iniciativa en materia migratoria, sino que ha aumentado el número de deportados a niveles nunca antes vistos, casi al doble que su antecesor,
George W. Bush.
La misma encuesta del Pew Hispanic Center muestra que más de la mitad de los hispanos, 59 por ciento, está en desacuerdo con su política
de deportaciones. Y mientras que en 2010, 58 por ciento estaba de acuerdo en lo general con la forma de gobernar de Obama, hoy ese
porcentaje ha bajado a 49%.
Pero, aun así, escuchar los discursos y los debates de los republicanos parece convencer más a los latinos que su mejor escenario está en la
reelección de Obama; 57% de los hispanos encuestados prefieren hoy cuatro años más de Obama; 34% preferirían darle la oportunidad a
Romney.
La apuesta está puesta en que salga adelante el DREAM ACT, que permitiría a aquellos que llegaron a EU como ilegales, llevados por sus
padres de bebés o de muy pequeños, salir de las sombras y entrar en la legalidad a base de estudios.
Este fue un tema que tocó Obama en su discurso a la nación. Uno de los pocos temas en los que dejó clara su convicción y sus preferencias.
La razón es evidente. Hoy hay 15 estados llamados “swing”, en donde lo mismo pueden ganar los republicanos que los demócratas en las
elecciones de noviembre. En estos estados, entre los que se encuentra Florida y su jugoso número de delegados, hay una población latina
importante.
Así, tanto Obama como los republicanos se tendrán que poner las pilas para atraer a estos votantes.
Obama ya comenzó este intento con su discurso a la nación. Los republicanos se están quedando atrás. Fuera del artículo que escribió Jeb
Bush, el hermano de George W. Bush y ex gobernador de Florida, para el Washington Post, en donde enumera formas de cómo los
republicanos pueden ganarse a los hispanos, el discurso del G.O.P ha sido de rechazo a la comunidad latina.
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