Vietnam: An Outlet for China

Published in Analítica
(Venezuela) on 30 April 2025
by Beatriz de Majo (link to originallink to original)
Translated from by Patricia Simoni. Edited by Patricia Simoni.
Since Donald Trump’s first term, industrial investors eager to optimize their production costs have viewed Vietnam as an alternative to China. Hence, there has been significant migration of capital to a country where it is possible to find cheaper labor and to have a better qualified workforce than China offers. The interest of new producers has been supported by beneficial trade agreements signed by Vietnam with several trans-Pacific and European countries. Vehement U.S. animosity toward China has added value to Vietnam for those adverse to taking sides in a potential conflict.

The distortions on the supply side that the COVID crisis generated also required importers and exporters to find alternative routes for supply chains that had been so efficiently dominated by China. Vietnam's geographical location benefits those who trade with Asia for lower transportation costs and delivery times, even though neither its productive infrastructure nor its size can be compared with those of China.

China was the first to recognize that Vietnam could become a safe haven; an important segment of Chinese manufacturers moved into Vietnam as part of a strategy aimed at circumventing U.S. sanctions. Last year, Chinese investors placed $4.73 billion on Vietnamese soil; over the first three months of 2025, $1.47 billion have already been recorded, 70% more than in the first quarter of 2024. In this same period, a third of the companies registered for new ventures in Vietnam are Chinese. We are talking about 351 new projects in the first quarter!

Therefore, Vietnam is therefore a favorite destination today when it comes to escaping China’s vulnerability. This is true for large-scale and global technology corporations such as Apple, which already has plants in partnership with local entrepreneurs. Currently, the assembly of AirPods, iPads and the Apple Watch today provides a significant number of jobs for the Vietnamese economy.

This is how Vietnam has become a current focus of attention in the face of the global trade war into which the United States has plunged us. At present, for example, approximately 20% of clothing and 34% of footwear imported to the United States now come from Vietnam.

But it is in the technological sphere where qualitative change is even greater, due to the added value it embodies. Important transnational corporations have relocated production projects, including electricity, electronics, processing, infrastructure, renewable energy and vehicles. Thus, the connection between China and Vietnam is strengthening Vietnam as a dominant actor in the supply chain of electronic products for which the United States is a major consumer.

The exodus of Chinese companies to Vietnam is causing Washington to look carefully at its relationship with this close trading partner of Beijing: Both countries have each other's backs. Many Vietnamese companies rely on China as the main source of their supplies. Thus, the interest of both sides in strengthening their productive ties will deepen to the extent that future global trade is altered by the Trumpian policies.


Desde el primer gobierno de Donald Trump, Vietnam comenzó a evidenciarse como una opción alternativa a China para los inversionistas industriales ávidos de optimizar sus costos de producción. De entonces a esta parte una migración importante de capitales se volcó hacia un país donde era posible disponer de mano de obra más económica y conseguir una fuerza de trabajo mejor calificada que la china.
El interés de nuevos productores se vio sostenido con la cantidad de acuerdos comerciales beneficiosos rubricados por Vietnam con buena cantidad de países transpacíficos y europeos. La animosidad hacia China, impulsada vehementemente desde los Estados Unidos, también valorizó a Vietnam ante los ojos de capitales adversos a tomar partido en la guerra que se venía venir.
Las distorsiones que se generaron durante la crisis del COVID en el área de los suministros también pusieron a pensar a importadores y exportadores que es necesario disponer de vías alternas a las cadenas dominadas muy eficientemente por China. La ubicación geográfica de Vietnam beneficia a quienes comercian con Asia por los menores costos de transporte y plazos de entrega, aun cuando ni su infraestructura productiva ni sus dimensiones puedan ser comparadas con las de China.
China fue la primera en no pasar por alto que Vietnam podía convertirse en un aliviadero y un conjunto importante de manufacturas chinas se mudaron a Vietnam dentro de una estrategia encaminada a sortear sanciones que se venían venir del lado de los Estados Unidos. El año pasado los inversionistas chinos colocaron capitales en suelo vietnamita por 4.730 millones de dólares y en los tres primeros meses de 2025 se registraron ya 1.470 millones, 70% más que en el primer trimestre de 2024.  En este mismo periodo, un tercio de las empresas registradas en suelo vietnamita para nuevos   emprendimientos son chinas. ¡Estamos hablando de 351 nuevos proyectos en un trimestre!
Vietnam es hoy, pues, un destino preferido cuando se trata de protegerse de las vulnerabilidades chinas. Este es el caso de corporaciones tecnológicas de gran calado y de espectro mundial como Apple.  Esta empresa cuenta ya allí con 11 plantas en sociedad con empresarios locales.  El ensamblaje de AirPods, iPads y el Apple Watch ocupa hoy puestos de trabajo en cantidades muy significativas para la economía vietnamita. 
Es así como de cara a la guerra comercial global en la que Estados Unidos nos ha sumergido, Vietnam se ha convertido en un eje de atención preferido. Una muestra de ellos es que para esta fecha cerca del 20% de las importaciones de ropa de los Estados Unidos y el 34% del calzado viene de Vietnam.
Pero donde el cambio cualitativo es mayor, debido al valor agregado que incorpora, es en la esfera de lo tecnológico.  Importantes corporaciones transnacionales han trasladado a allí proyectos productivos que abarcan las áreas de electricidad, electrónica, procesamiento, infraestructura, energía renovable, vehículos. Así es como la conexión entre China y Vietnam está consiguiendo reforzar a este país como un actor preponderante en la cadena de suministros de productos electrónicos de la cual los Estados Unidos es un consumidor mayúsculo.
El éxodo de empresas chinas a Vietnam pone a Washington a mirar con atención su relación con este estrecho socio comercial de Pekín. Ambos países cuidan mutuamente sus espaldas.  Muchas de las empresas vietnamitas tienen a China como fuente principal de sus suministros así que el interés de ambos lados de fortalecer sus lazos productivos se irá profundizando en la medida en el que el comercio global siga siendo alterado por las políticas de Donald Trump.
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