Record Number of Suicides in the Army

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Desde hace tiempo algunos analistas advierten al ejército estadounidense le pasará factura el enorme esfuerzo que está realizando el ejército de los EEUU en Afganistán e Irak, dos guerras que ya suman entre las dos 15 años.

Los datos conocidos esta semana sobre el número de suicidios entre las tropas confirman los peores presagios. Sólo en el mes de junio se suicidaron 32 soldados, la cifra más alta en la historia del ejército de los EEUU. De ellos, 21 estaban en servicio, y otros 11 estaban en la reserva.

Con éstos, son ya 145 los militares que se han quitado la vida en los seis primeros meses del año. Esta cifra supone también un nuevo récord semestral, batiendo las 130 muertes registradas en el segundo semestre de 2009, hasta ahora la cifra más alta registrada en los anales del ejército.

En todo 2009, se contaron 244 casos de posibles suicidios. Así pues, éste parece ser un problema que crece cada día que pasa.

Los máximos responsables del Pentágono son perfectamente conscientes de ello, y en los últimos años han puesto en marcha varios programas para eliminar el estigma asociado a los problemas psicológicos derivados de la angustia experimentada por muchos soldados en el campo de batalla.

Si no son tratados por especialistas, este tipo de transtornos mentales, el más extendido de los cuales es el estrés post-traumático, a veces acaban desembocando en suicidios.

De los 32 jóvenes que se quitaron la vida, 22 habían participado en combates de forma reciente, y 10 de ellos habían sido enviados a Afganistán o Irak entre dos y cuatro veces. “La hipótesis es la misma que muchos me han oído comentar: el estrés continuado en el ejército”, ha declarado el coronel Christopher Philbrick, director de la unidad de prevención de suicidios del ejército.

Vídeo en primera persona

El último esfuerzo del Pentágono para sensibilizar a las tropas de este asunto ha sido la elaboración de un vídeo en el que varios soldados cuentan en primera persona sus flirteos con la idea de quitarse la vida. El vídeo se titula ‘Shoulder to Shoulder’ (de hombro a hombro).

“Puse el rifle bajo mi mentón, lo puse en [posición] semi-automática, y apreté el gatillo”, explica a la cámara Joseph Saunders, un soldado que estaba atravesando una depresión a causa de su divorcio.

El rifle no se disparó, y Saunders pudo salvar su vida gracias a la intervención de un compañero suyo, que se dio cuenta del mal momento que pasaba. “Él me dijo ‘sí, yo le quité la clavija de disparo, lo hice ayer por la noche … estabas preocupando'”, cuenta en el vídeo.

Por primera vez, un video de este tipo recoge los testimonios de soldados reales para causar un mayor impacto entre los militares en servicio. Hasta ahora, eran actores los que lo realizaban. “Me tumbé en la cama de mi habitación con mi esposa pidiéndome que no me quitara la vida. Si lo hace quien se beneficia, me decía”, explica otro miembro del ejército.

Según los expertos, para que los esfuerzos del Pentágono se dejen sentir y desaparezca el estigma de buscar ayuda ante las depresiones, es posible que se necesiten años, ya que los cambios culturales de pautas ampliamente interiorizadas requieren tiempo.

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