Cuba Will Put U.S. Citizen in the Accused Bench

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Cuba sentará el viernes en el banquillo de los acusados al contratista estadounidense Alan Gross, cuyo arresto en 2009 frustró una efímera luna de miel con el gobierno de Barack Obama y amenaza con atizar un diferendo de medio siglo entre Estados Unidos y la isla comunista.

Gross, de 61 años, enfrenta una petición de 20 años de prisión por “actos contra la independencia o integridad territorial del Estado”, en un proceso de duración impredecible y cuya vista oral comienza el viernes en el Tribunal Provincial de La Habana, según un comunicado oficial divulgado hace una semana.

Washington, que demanda la liberación inmediata de Gross y considera su detención “un obstáculo mayor” para avanzar en el diálogo con Cuba, reaccionó al anuncio oficial pidiendo un “juicio justo”.

“Esperamos que reciba un juicio justo y que se le permita volver a casa”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.

Al juicio pueden asistir funcionarios consulares estadounidenses, familiares y los abogados de Gross. Un vocero de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA) dijo a la AFP que el caso será manejado con “total privacidad”.

Gross fue detenido en La Habana el 3 de diciembre de 2009 cuando, según dijo el propio presidente Raúl Castro, distribuía como “agente secreto” de Estados Unidos “sofisticados medios de comunicación” a opositores.

Washington lo reconoce como un empleado de la compañía Development Alternatives (DAI) -subcontratada por el Departamento de Estado-, que ayudaba a judíos en Cuba a comunicarse con el exterior dándoles celulares y computadores, pero esa pequeña comunidad niega haber tenido contactos con él.

En un video de la seguridad del Estado cubana, aparecido en internet como una “filtración”, un experto asegura que su meta era “crear una plataforma tecnológica fuera del control de las autoridades cubanas”, como parte de una estrategia de Washington para “articular una red virtual de mercenarios”.

En otra filtración, pero de Wikileaks, un análisis de la SINA apostaba en 2009 por la “rebeldía” y “atractivo” de los jóvenes cubanos para renovar las filas de una oposición “envejecida” y “desconectada” de la realidad de la isla.

La Habana considera a opositores políticos y blogueros contestatarios “mercenarios” al servicio de Estados Unidos.

Cuba y Estados Unidos, sin relaciones diplomáticas desde 1961, tuvieron una tregua poco después de que el presidente estadounidense levantara en abril de 2009 las restricciones a viajes y remesas de los cubano estadounidenses impuestas por su antecesor George W. Bush en 2004.

Los dos países reiniciaron en 2009 conversaciones migratorias, que sostienen desde 1994 y estaban suspendidas desde 2003, pero la detención de Gross acabó con la corta luna de miel y la retórica de confrontación volvió a subir de tono.

En una eventual negociación, Cuba demanda el levantamiento del embargo que mantiene Washington desde 1962 y Estados Unidos apertura democrática y económica, así como la liberación de todos los presos políticos.

La Habana pide además su salida de su lista de países patrocinadores del terrorismo, el cese del financiamiento a la oposición, y la liberación de cinco agentes cubanos presos en Estados Unidos desde 1998 bajo cargos de espionaje.

Pero Washington rechazó hace un par de meses un eventual canje de los cinco cubanos por Gross.

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