Dupont Circle, el barrio gay y más cosmopolita de la capital de Estados Unidos, se prepara este fin de semana para recibir aún más visitantes en sus calles, bares y terrazas. Y es que Washington celebra el Capital Pride Parade o, lo que viene a ser lo mismo, el Día del Orgullo Gay. Y lo hace con una amplia agenda de actos que van desde lo festivo (desfiles, conciertos, muestras de arte) hasta lo político (encuentro entre el alcalde y líderes de la Alianza de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, LGBTA según sus siglas en inglés), pasando por lo social (orientación sobre adopción).
En su 37ª edición, el Capital Pride Parade tiene mucho que celebrar, al menos en lo que a visualización de los derechos de los gays se refiere. Desde el fin en septiembre pasado de la norma “Don´t ask, don´t tell” (no preguntes, no lo digas) que prohibía a los homosexuales militares hacer pública su condición, hasta el apoyo del Presidente Obama a los matrimonios entre personas del mismo sexo hecho público el mes pasado, el goteo de noticias sobre pequeños avances en la igualdad de derechos de los homosexuales es constante.
Lo cierto es que tanto estas señales como los sondeos más recientes muestran un claro cambio de opinión entre los norteamericanos sobre el tema. Según las últimas encuestas, algo más del 50% de los norteamericanos está a favor del matrimonio homosexual, frente a cerca de un 40% que lo rechaza. Pero lo más importante es la tendencia: mirando años atrás, los síes no han dejado de crecer mientras que los noes no han dejado de bajar.
La ola multicolor suma simpatizantes y, si esta semana DC Comics anunciaba la salida del armario de su personaje Linterna Verde (una estrategia comercial que le ha dado mucha publicidad y que seguramente ayude a paliar la caída de vendas que sufre el sector del cómic), días después los Boy Scouts anunciaban que van a estudiar permitir a los homosexuales participar en la organización tras recibir una petición firmada por 275.000 personas.
Más allá de las anécdotas, el propio Obama participó este miércoles en un acto en Los Ángeles organizado por la LGBTA para recaudar fondos para su campaña y afirmó que “la lucha en favor de la comunidad de LGBT es parte de una lucha más amplia en favor de los americanos, es parte de la historia por hacer esta unión un poco más perfecta”. No hay que olvidar que el lobby rosa es un importante pilar de la campaña demócrata en la que, según un estudio, uno de cada seis donantes es gay.
Sin embargo, y a pesar de que la revista Newsweek ha nombrado a Obama “el primer Presidente gay”, lo cierto es que esta visualización no se ha traducido aún en acciones legislativas concretas. Por ejemplo, los demócratas no se han comprometido explícitamente a llevar al Congreso una propuesta de ley federal sobre matrimonios homosexuales (con todos los derechos que eso implicaría), algo que actualmente permiten ocho Estados ya sea tras aprobarse una ley estatal o como consecuencia de una sentencia judicial.
Es más, algunas voces de la LGBTA advierten de que esta supuesta normalización reflejada en los medios puede resultar incluso peligrosa, al llevar a pensar que confesar públicamente la homosexualidad va a resultar ahora mucho más sencillo y aceptado socialmente. Lo cierto es que no todo EEUU es como Washington, Nueva York, Boston o Los Ángeles y en muchas partes de este país el mar queda lejos, por lo que la ola multicolor va a tener que convertirse en tsunami para poder llegar.
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