Estados Unidos está adiestrando a rebeldes sirios en territorio jordano para la lucha contra el régimen de Bachar el Asad. Los rebeldes están recibiendo instrucción en el manejo de armas antitanque con las que esperan romper la superioridad de los vehículos acorazados del Ejército regular. Según el semanario alemán Der Spiegel, unos 200 sirios han pasado ya por estos cursos, impartidos por estadounidenses sin identificar. Los reporteros alemanes citan fuentes locales que hablan de personas uniformadas entre los instructores, pero se desconoce si son parte de las fuerzas armadas estadounidenses o empleados de alguna empresa privada de seguridad militar.
Siempre según estas fuentes, se están preparando dos campamentos de instrucción en el oeste y en el sur de Jordania para el entrenamiento de 1.200 milicianos en total. Son miembros del Ejército Libre de Siria (ELS), que prepara la formación de una nueva “unidad del sur” sin la participación de las brigadas islamistas. Los servicios secretos jordanos participan en estos preparativos. El Gobierno de Ammán teme que las fuerzas islamistas jordanas se agrupen para intervenir en Siria y causen problemas a su regreso.
Cuenta el prestigioso semanario alemán que Jordania almacena armas antitanque y antiaéreas a la espera de ser entregadas a los rebeldes. Como principal financiador de estas operaciones se apunta a Arabia Saudí. Esta aportación de armas, provenientes en gran parte de Libia, supondría un nuevo movimiento de piezas en el tablero de la guerra civil siria.
Las potencias regionales quieren aumentar su influencia entre las diferentes facciones rebeldes para cuando termine el conflicto. Para el caso de que El Asad sea depuesto, Turquía y el emirato de Catar apoyan a los Hermanos Musulmanes, mientras que Arabia Saudí y Jordania estrechan sus lazos con el alto mando del ELS.
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