Éxodo al norte
Recientemente ha llamado la atención el aumento en el flujo de migrantes que parten desde países centroamericanos hacia los Estados Unidos, especialmente por el hecho de que gran parte de ellos son infantes cuyo objetivo es cruzar ilegalmente la frontera de ese país norteamericano, muchas veces sin compañía de un adulto. Ello con la idea equivocada que por ser menores de edad tendrán un trato preferencial por las autoridades migratorias y que permitirán que se reúnan con sus familiares residentes de forma ilegal en ese país. Sin embargo, el Gobierno estadounidense ha mencionado que, independientemente de la edad del inmigrante, serán deportados a sus países de origen de forma expedita. En la actualidad muchos de ellos se encuentran en albergues a espera de su deportación.
Percepciones incorrectas pueden causar la pérdida de la vida de los niños migrantes, quienes la arriesgan con tal de llegar a los Estados Unidos. Los traficantes de personas, que viven de ese negocio, no dan ninguna garantía y cobran altas sumas de dinero, las cuales por supuesto no son recuperadas en el caso de que las autoridades migratorias los capturen y los deporten.
Es una triste realidad observar cómo las personas deciden irse del país porque no encuentran aquí las oportunidades para progresar. Más triste aún es ver que niños arriesgan sus vidas buscando un futuro mejor, quizás derivado de falsas expectativas de sus padres, quizás por pura desesperación, o simplemente por el deseo de estar juntos en familia de nuevo.
Es necesario que los gobiernos centroamericanos tomen cartas en el asunto. Creo que es importante que se desarrollen campañas de información respecto de los riesgos de la inmigración ilegal y la poca probabilidad de éxito de lograr residir ilegalmente en Estados Unidos, con la finalidad de reducir el incentivo de migrar de forma ilegal, especialmente en aquellos que lo hacen creyendo lo contrario. Esto lo puede hacer el Gobierno y los medios de comunicación, quienes tienen a su alcance, especialmente por medio de la radio y la televisión, a la mayoría de la población del país.
Adicionalmente, se debe trabajar con la finalidad que el Estado sea capaz de brindar servicios sociales como educación y salud para la infancia, que deben estar en la escuela aprendiendo y no arriesgando sus vidas. Si Guatemala no invierte en la niñez y en la juventud, el futuro del país será cada vez peor, no debemos dejar que esto suceda.
Habiendo dicho lo anterior, en lo personal siempre he creído que las personas debieran tener la libertad de movilizarse de un país a otro, pues en realidad nadie escogió el lugar donde nacer.
Si bien creo que Estados Unidos debiera tener políticas migratorias más flexibles, también creo que Guatemala debe tenerlas, puesto que tampoco es muy sencillo para un extranjero inmigrar a nuestro país. Si demandamos mayor flexibilidad debemos ofrecerla también nosotros
En realidad deseo un mundo sin fronteras, un ideal que espero algún día exista, aunque no lo habrá en el futuro cercano. Pero en tanto eso no exista, debemos trabajar por construir un mejor país, donde nadie se vea obligado a migrar a otro país por falta de oportunidades.
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