El ébola entra en la campaña política de Estados Unidos
A falta de un tema de peso que centre los debates, republicanos y demócratas dirimen sus diferencias en torno a una enfermedad con altos niveles de pánico colectivo
YOLANDA MONGE Washington 16 OCT 2014 – 23:50 CEST26
Es la famosa sorpresa de octubre, esa que suele surgir a un mes de las elecciones legislativas de turno y que tiene el potencial de enturbiar el proceso de manera impredecible. En 2014, durante una campaña que estaba huérfana de sustancia, ha sido el ébola el que ha dado oxígeno al debate entre ambos partidos y ha echado gasolina al fuego de los ataques entre los candidatos. Sin duda, el miedo es un gran motivador –ya sea para votar en contra o a favor-. Y los estrategas políticos lo saben.
Con las cifras de aprobación más bajas de su mandato, el presidente ha suspendido por dos días consecutivos sus viajes fuera de Washington para recaudar fondos para los candidatos demócratas que se juegan el puesto en las elecciones de medio mandato del próximo 4 de noviembre. El miércoles, Barack Obama se reunió con aquellos miembros de su Gabinete que tienen responsabilidad directa en la lucha contra la propagación del virus en África Occidental y su llegada a Estados Unidos. Este jueves, el mandatario se quedaba en la Casa Blanca para supervisar la respuesta de su Administración a la crisis del ébola y no volaba a Rhode Island ni asistía a un acto electoral en Nueva York.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que la decisión de Obama de suspender por segundo día consecutivo un viaje con fines electorales evidenciaba el “sentido de urgencia” con que el presidente y su Administración abordan la crisis del ébola. Este jueves se reunirá de nuevo con algunos de los miembros de su Administración que participaron en el encuentro del miércoles en la Casa Blanca y llamará por teléfono a miembros del Congreso, a trabajadores del CDC y a presidentes extranjeros. A su vez, el presidente firmaba esta tarde de jueves una orden ejecutiva para permitir la movilización de reservistas de la Guardia Nacional a los países de África Occidental afectadas por el virus, que ya se ha cobrado más de 4.000 muertos en esas naciones, según la OMS.
Los republicanos atacan a la Administración Obama respecto al ébola en dos frentes: incompetencia y seguridad fronteriza. Por ejemplo, el senador republicano de Kansas Pat Roberts, contendiente en un Estado que puede determinar el control del Senado, ha declarado esta semana: “Pido al presidente que ejerzca liderazgo en este asunto, que tome acciones de emergencia para proteger las vidas de los americanos antes de que una epidemia se instale en casa”.
Aunque puede que Roberts haya comenzado a cavar su propia tumba electoral, ya que su contrincante, el independiente Greg Orman -muy bien situado en las encuestas-, ha recurrido al archivo de asistencias del Congreso y hecho público que el senador no asistió a una audiencia importante en el Capitolio sobre el tema el mes pasado.
En opinión de Cory Gardner, congresista de Colorado, el CDC (Centro de Control de Enfermedades, siglas en inglés) ha gastado el dinero de forma irresponsable en lugar de utilizarlo para proteger a los ciudadanos. “Programas de masajes, terapias de jacuzzi, jardines urbanos como prioridades del CDC”, declaró Gardner para contrarrestar las críticas hechas por su oponente demócrata de que han sido los múltiples recortes económicos aplicados por los republicanos los que han dejado al Gobierno sin recursos para hacer frente al ébola.
“Señoras y caballeros, tenemos un brote de ébola. Tenemos a individuos sospechosos que cruzan la frontera. Necesitamos sellar esa frontera y blindarla”, dijo Thom Tillis, quien busca ser senador por Carolina del Norte, en un debate contra la demócrata Kay Hagan. Los sondeos muestran que los ciudadanos de EEUU prestan atención al debate sobre el ébola. Hagan acusó a Tillis de utilizar “tácticas de miedo” e hizo del ébola también una bandera de campaña.
Dos tercios de los encuestados porThe Washington Post / ABC News aseguran estar preocupados por una epidemia de esta enfermedad dentro de las fronteras del país. Ted Cruz, posible candidato republicano a las presidenciales de 2016, reclama que la Agencia Federal de Aviación cierre la puerta a todos los vuelos procedentes de África Occidental.
La muerte de un ciudadano liberiano en Dallas (Texas), la semana pasada, y la noticia de dos enfermeras infectadas, han disparado los niveles de ansiedad en una ciudad que hace décadas que vive con el sello de la paranoia pegado a su historia. Porque si los niveles de contagio del virus procedente de África son bajos, los de la histeria pública pueden no serlo tanto. Sobre todo después de que se conociera que una de las enfermeras ahora diagnosticada con ébola voló en una línea comercial desde la ciudad de Cleveland (Ohio) a Dallas cuando ya experimentaba síntomas.
Muchos son los ciudadanos de este país que vuelan una vez a la semana y no pocos se cuestionan sobre las posibilidades de que hayan respirado el mismo aire que alguien que, quizá, estaba a punto de desarrollar una enfermedad con un alto ratio de mortalidad. Tanto el responsable del CDC como el director del hospital de Dallas donde trabajan las enfermeras contagidas se lamentaban esta tarde en una comparecencia en el Congreso y pedían disculpas por haber tomado decisisones equivocadas, como permitir que la sanitaria volara en una línea comercial junto a otras 132 personas.
En Dallas, la zona cero de la enfermedad con ya un muerto en el haber de las víctimas del ébola, el candidato independiente a la Cámara de Representantes, Eric Williams, parece dispuesto a unir esfuerzos a la movilización partidista del pánico sugiriendo que se inicie una campaña estatal que se rija por la política de “no abrazos, no apretones de manos”.
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