A ningún político estadounidense se le ocurriría decir que el partido republicano y demócrata son “vieja política” y “casta”.
El líder de Podemos, en la portada del The International New York Times: “‘Nunca pensé que pudiera llegar a ser presidente’, señala Pablo Iglesias”. “También habla de sus ataques al bipartidismo y al PP y PSOE, como la vieja política, la de la “casta”. Y el periódico norteamericano recoge declaraciones de Iglesias en las que niega que en Podemos sean sectarios.
“Y aunque él es de izquierdas, dice, extiende su mano a todos: la sociedad actual ya no puede ser entendida en términos de derecha e izquierda, sí en términos de los que están por encima y los que están por debajo, la élite privilegiada y la mayoría”. Esto es leer una vez más, las obsesiones reiteradas de Podemos.
El bipartidismo americano
No deja de ser significante, en todo caso, que el universitario profesor Iglesias, haya mirado hacia otra parte ante el diario mencionado y haya olvidado, mira por dónde, que el bipartidismo es una de las piezas fundamentales de la democracia en EEUU. ¿Por qué el líder de Ponemos elude atacar al bipartidismo norteamericano, mucho más cerrado que en España?
¿La vieja política?
Sólo hay dos grandes partidos luchando por la Casa Blanca. El republicano y el demócrata. Unos son conservadores y de derechas. Los otros son progresistas o de izquierdas. Éste sí es un bipartidismo prácticamente intocable. Pero en EEUU a casi ningún político se le ocurriría modificar en profundidad el bipartidismo. Y menos aún acusaría con desdén a los dos partidos de ser de “la vieja política” y su asquerosa “casta”.
Pactos habituales
En España, el bipartidismo se ha quebrado en muchas ocasiones para bien o para mal, según como se vea. Izquierda Unida ha pactado con el PP en Extremadura, sin ir más lejos. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, mientras iba preparando el numerito de la independencia, pactó con el PP para poder más o menos gobernar. En la mayoría de los municipios, diputaciones y etcétera, los pactos son habituales. Nada de bipartidismo férreo. Los pactos entre el PP y el PSOE son casi inexistentes, por mucho que se queje Iglesias.
Tal para cual
Y Albert Rivera, el de los Ciudadanos, que cada día que pasa se parece más y más a Podemos. Incluso ha asumido que no hay ni derechas ni izquierdas, como sostiene también el líder de Podemos. Son tal para cual. Unos oportunistas empeñados en enterrar a las ideologías. ¡Qué bochorno!
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