EE.UU en Oriente Medio: ¿Moderados?¡Terroristas!
Escrito por Arnaldo Musa
Aunque algunos analistas se hagan eco de los denominados tanques pensantes que disponen ciertos cambios en el estilo norteamericano hacia la región, ello no desviarán los objetivos imperialistas
Independientemente de que Benjamin Netanyahu haya vencido en las elecciones de este 17 de marzo en Israel, no nos llamemos a engaño: las diferencias de enfoque y los obstáculos que su gobierno ha interpuesto en los planes del presidente Barack Obama para llegar a un acuerdo con Irán sobre el problema nuclear y el mantenimiento de conversaciones con los palestinos, no significan que la política cada vez más militarizada norteamericana disminuya el apoyo a Israel y sí seguir convirtiendo al Medio Oriente en una región enmarañada, donde los focos de inestabilidad se multiplican y crece la complejidad de los conflictos.
Aunque algunos analistas se hagan eco de los denominados tanques pensantes que disponen ciertos cambios en el estilo norteamericano hacia la región, ello no desviarán los objetivos imperialistas de seguir manteniendo a Tel Aviv como su punta de lanza, fortalecer el cerco que se tiende a Rusia y mantener las dificultades para el acceso comercial chino a la región.
Catorce millones de refugiados y desplazados para una pequeña nación de veintitantos millones de habitantes, la destrucción de la mayor parte de la infraestructura y el mantenimiento de una subversión derivada una guerra de cuatro años han sido insuficientes para los designios de Washington y Tel Aviv de dar muerte al presidente sirio, Bashar al Assad, quien ha encabezado un régimen que en el plano internacional ha seguido una consecuente política contra el sionismo, de solidaridad con Irán y de apoyo al pueblo palestino y la resistencia libanesa.
Atentados terroristas con saldo de centenares de víctimas no reciben ni el rechazo del Consejo de Seguridad de la ONU por el veto de EE.UU., que ahora ya no puede seguir armando a una “oposición moderada”, porque esta ya es inexistente, pese a la entrega de armamento, el apoyo logístico turco y el aliento de la ayuda monetaria suministrada por Arabia Saudita y Qatar a mercenarios de toda índole.
Es más, estos individuos, luego de sufrir fuertes reveses manos del ejército sirio, se han integrado a otro hijo díscolo del Imperio, el Estado o Emirato Islámico, e incluso algunos de ellos forman parte de su dirección. Así conviven integrantes de grupos fundamentalistas que se dicen islámicos o yihadistas y son autores de atentados en la India y Paquistán con miembros de Al Qaeda, una entidad que Estados Unidos auspició en su creación en territorio paquistaní para combatir a las tropas de la ex Unión Soviética en Afganistán.
Su líder, Osama bin Laden, fue asesinado por efectivos norteamericanos en Paquistán, cuando ya al Pentágono le resultaba un estorbo y para que el presidente Barack Obama ganara presuntos méritos por su eliminación.
Como se puede apreciar, Estados Unidos ha desarrollado toda una hipócrita y cínica política de doble rasero, utilizando como marionetas a elementos que apadrinó durante años, algunos de ellos autores de innumerables crímenes.
En el caso del Estado Islámico, al que dice ahora que trata de destruir, lo ha “beneficiado” con esas marionetas sirias contrarias a Al Assad, y mercenarios de diversas nacionalidades –turcos , sauditas, egipcios, libaneses, tunecinos y hasta occidentales – con moderna tecnología y bien preparados por especialistas militares de sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN): británicos, franceses, belgas y alemanes, -algunos de los cuales llegaron a instalar misiles Patriot en la frontera con Turquía.
COSAS QUE PARECEN QUE CAMBIAN
Pero la entrada en escena del Estado Islámico, su anunciada intención de crear un califato, el apoderamiento de territorios de Iraq y Siria , primero, y de Libia después –siempre ricos en petróleo- que gozó de un respaldo imperialista en los primeros momentos, ya no lo fue posteriormente.
Muchos de nuestros lectores deben haber leído las declaraciones de Noam-Chomsky , reconocido escritor y filósofo de Estados Unidos, quien criticó la política estadounidense en el Medio Oriente y relacionó el surgimiento del Estado Islámico con la intervención de ese países en Iraq. “La aparición del Estado Islámico y la difusión general del yihadismo radical es una consecuencia bastante natural del martilleo de Washington sobre la frágil sociedad de Iraq“, acotó.
Ahora, el ex embajador norteamericano en Damasco, Robert S. Ford, quien organizó las manifestaciones del 2011 contra Al Assad y que apoyó a la “oposición moderada”, dice que solo hay yihadistas y que es peligroso entregarles armamento .
Pero es más llamativo que Israel haya suspendido toda ayuda, luego que les entregó armas, garantizó cuidados médicos en los hospitales israelíes y dio cobertura aérea a sus incursiones. bajo el pretexto de impedir la entrega de armas iraníes al Hizbullah libanés.
Luego de ello, todo puede pasar en ese escenario tan confuso, en el que no debe sorprender que un acuerdo norteamericano-iraní sobre el ya mentado asunto nuclear facilite que una coalición internacional emprenda acciones contra el Estado Islámico.
Y como diría el especialista Thierry Meysan en la francesa Red Voltaire: “…cuando todo acabe, la CIA se encargará de enviar los yihadistas sobrevivientes al Cáucaso ruso o la región china de Xinjiang”.
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