Bearing Arms

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Portar armas

“Esto se ha convertido en una rutina”, afirmó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al referirse a los últimos tiroteos en establecimientos educativos en el país, que han dejado muertos, heridos y una sociedad atemorizada.

En la mayoría de los tiroteos, los agresores pertenecen a hogares donde se familiarizaron con las armas y las han adquirido legalmente. Es el caso del atacante de Oregón, tenía catorce: seis en el lugar del tiroteo y las demás en su casa.

Cada vez que ocurre una tragedia, como las recientes, se actualiza el debate sobre la ley que garantiza el derecho a poseer armas. Los que están a favor se escudan en el argumento de que deben estar listos para defenderse y los que están en contra creen que, por lo menos, deben aplicarse controles de antecedentes judiciales y psiquiátricos a quienes aspiran a adquirirlas.

Lo cierto es que ya no hay dudas de que las armas al alcance de personas inmaduras, resentidas o con desórdenes psiquiátricos son un peligro que es necesario evitar. El debate debe continuar hasta lograr el acuerdo que permita las reformas legales que hagan falta para evitar que las armas estén al alcance de todos. Pero lo más importante es trabajar, en todos los países, para evitar el verdadero problema, que es la tendencia a resolver las diferencias por la violencia o la eliminación del adversario. (O)

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