Trump escupe sobre la tumba de Marshall
¿Cumbre del G7 o del G6+1? La fractura provocada por Donald Trump al imponer aranceles al aluminio es tan profunda que se puede decir que en Quebec se reúnen Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido por un lado frente a Estados Unidos por el otro.
Poco cabe esperar del cónclave. Está claro: el presidente del America First decide solo. Sea en materia económica, sea rompiendo el acuerdo nuclear con Irán.
Y ese desprecio por el orden multilateral y por sus aliados más próximos pone en cuestión los principios que han regido el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. No son los aranceles. Es el orden global.
Esta semana se han cumplido 71 años del discurso del general George C. Marshallque puso la primera piedra de ese sistema que no es otro que la supremacía occidental liderada por EEUU.
El 5 de junio de 1947 quien había sido jefe del Estado Mayor en la guerra, capaz de organizar un ejército de 8 millones de soldados, habló en la graduación de Harvard. Era secretario de Estado y presentó el Programa de Ayuda a Europa que pasaría a la Historia como Plan Marshall.
El mayor éxito diplomático de EEUU costó 13.000 millones de dólares de entonces. La inyección de dinero supuso en 1948 el 5% del PIB americano. A cambio, Marshall puso dos condiciones: que no hubiera trabas al comercio y que el Plan fuera aceptado por todas las naciones europeas. Ello dio origen a lo que hoy es la OCDE y empujó la construcción europea.
“Estados Unidos debe hacer lo que esté en su mano para restaurar la salud de la economía del mundo sin la cual no habrá estabilidad política ni estará asegurada la paz”, dijo Marshall.
Sólo los países del Este, forzados por Moscú, y España, que no fue invitada, quedaron al margen.
“Los verdaderos beneficios fueron psicológicos. El Plan ayudó a los europeos a romper el legado de chovinismo, depresión y autoritarismo; hizo normal la política económica coordinada y logró que las políticas [nacionalistas] de los años 30 parecieran imprudentes, luego innecesarias y, finalmente, absurdas”, sentenció Tony Judt en Postguerra.
Trump está arrasando con todo ello. Es como si hubiera escupido sobre la tumba de Marshall. Que está enterrado, como los héroes, en Arlington. Tras ganar el Nobel de la Paz.
Leave a Reply
You must be logged in to post a comment.