After the United States government imposed $34 billion in tariffs on Chinese imports and Beijing announced countermeasures of equal magnitude, fear of a heightening trade war has intensified. Given the importance of the nations involved, an escalation of the conflict could affect global economic growth.
Copper has been one of the metals adversely affected by the uncertainty, but oil – we in Chile are net importers of this commodity – has also seen a drop in value.* Consequently, while an increase in commercial tensions could have repercussions on the Chilean economy, mainly due to lower global growth and falling prices for copper, the drop in oil prices would mitigate those unfavorable external winds. The net effect of the trade war is, however, negative.
On the other hand, according to the Brookings Institution, tariffs must reach approximately 40 percent and be of a general nature to trigger a global recession. For now, the principals in this conflict have imposed 25 percent tariffs in most cases and have directed them at specific products. (Donald Trump, for example, levied 25 percent tariffs on imported steel.) So the worst-case scenario still seems far off.
It is also not clear that the conflict is permanent. Trump could choose to soften his protectionist policies if these result in job losses in the U.S. — which could occur, for example, in industries that use steel as a raw material — or if future negotiations with China are productive. Also, in case Trump decides to hold firm in his position, the situation could reverse with the election of a different candidate in the 2020 presidential elections.
*Editor’s note: A net importer is a country that imports more than it exports.
Que no cunda el pánico
Mar 10 Jul 2018 | 07:32 am
El Presidente Trump, pronunciando un discurso durante una cena en Virginia Occidental, el 3 de julio.
Luego de que el gobierno de EE.UU. pusiera en vigor aranceles a la importación de productos chinos por un valor de US$ 34.000 millones, y los anuncios de contramedidas de similar magnitud realizados por Beijing, los temores de que se agudice la guerra comercial se han intensificado. Dada la relevancia de las naciones involucradas, un escalamiento del conflicto podría afectar el crecimiento de la economía global.
El cobre ha sido uno de metales perjudicados por la mayor incertidumbre, pero el petróleo –commodity del cual somos importadores netos- también ha visto mermada su cotización. En consecuencia, si bien un incremento en las tensiones comerciales tendría repercusiones sobre la economía chilena, producto principalmente de un menor crecimiento global y una caída en el precio del cobre, la reducción en el precio del petróleo mitigaría los desfavorables vientos externos. El efecto neto de la guerra comercial es, sin embargo, negativo.
Por otra parte, según The Brookings Institution, se requieren aranceles en torno al 40% y de carácter generalizado para que se materialice una recesión global. Por ahora los aranceles que han sido impuestos por los protagonistas del conflicto son de 25% en la mayoría de los casos, y se han establecido sobre productos específicos (Trump, por ejemplo, impuso aranceles de 25% a las importaciones de acero). Así, el escenario más desfavorable aún parece lejano.
Tampoco es claro que el conflicto sea permanente. Trump podría optar por suavizar sus políticas proteccionistas si éstas resultan en pérdidas relevantes de puestos de trabajo en EE.UU. (esto podría ocurrir, por ejemplo, en las industrias que utilizan al acero como insumo), o si se logran avances en futuras negociaciones con China. Además, en caso que Trump decida mantener inalterada su postura, la situación podría revertirse de resultar electo otro candidato en las elecciones presidenciales de 2020.
This post appeared on the front page as a direct link to the original article with the above link
.