The Damned Weapons!

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A lo largo de la frontera sur de Estados Unidos —pasando la línea, pues— se encuentran 22 mil 689 tiendas donde se venden armas. En los últimos 10 años han entrado al país de manera ilegal 2 millones de armas y si a lo anterior se le suman que policías estatales y municipales han perdido o les han robado 12 mil 573 armas, el resultado en verdad es grave porque son las armas que los delincuentes tienen en su poder y con ello la amenaza hacia los mexicanos. La desmedida cantidad de tiendas donde cualquier estadunidense puede comprar legalmente armas en su país no es lo que debe analizarse; el gobierno de Estados Unidos no va a modificar su política de armas, solamente porque México se lo pida. Lo que es verdaderamente importante para ambos países es la venta ilegal que se da desde allá hasta acá, ya que más de 70 por ciento de las armas que ingresan ilegalmente a nuestro país es de manufactura estadunidense, el restante básicamente proviene de España, Italia y Austria, entre otros países.

Es verdaderamente importante debido a que las armas son el vehículo principal de la violencia, de la muerte, del crimen; en suma, son la base del empoderamiento de los criminales en México. Nuestro país es uno de los que mayores controles mantienen para la posesión de un arma, debido a que la única instancia legal para su venta es la Secretaría de la Defensa Nacional, vía la Dirección de Comercialización de Armas y Municiones (DCAM) dependiente de la Dirección General de Industria Militar. Sin duda, estos controles han logrado tener el rastreo de casi todas las armas que por la vía legal se venden en México, es decir, son armas que al tener un registro difícilmente se utilizarán para cometer ilícitos y este control es sumamente difícil para los estadunidenses. Será muy provechoso que emprendan una estrategia allá para detener ese flujo ilegal.

Son de sorprender, tal y cual lo informó el general Luis Cresencio Sandoval, las modalidades como se trafican armas y municiones a México, y no se trata solamente de datos anecdóticos, sino de una realidad que tiene a México en alerta. Desde botellas de refresco con cartuchos, hasta la simulación de una barra estabilizadora, como parte de la suspensión de un vehículo, cuando en realidad, esa barra, era un cañón de un Barret, calibre .50mm. Desde la simulación del piso completo de una caja de tráiler, donde un bajo piso servía de contenedor de cartuchos y armas, hasta los mismos productos ocultos entre dos acumuladores.

Los esfuerzos hechos por las fuerzas armadas para contener, decomisar, canjear y destruir armas ilegales pareciera que es igual a enfrentarse con un ser invencible; no es así. Las campañas permanentes en este rubro, ponen en alerta a los grupos criminales, los cuales saben bien que los soldados de tierra, mar y aire harán todo con tal de disminuir este fenómeno. En los últimos 10 años se han canjeado casi 140 mil armas a personas que han preferido entregar lo que saben que es ilegal antes de involucrarse en ilícitos. A lo anterior se le deben sumar las casi 200 mil más que se han incautado a los grupos criminales.

La cooperación entre ambos países es la clave de todo. Los militares no cejarán en el esfuerzo por lo que a ellos corresponde.

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