América, el nuevo foco de la pandemia
La aparición del coronavirus a fines del año pasado hizo posar los ojos del mundo en China, su sopa de murciélago y el exótico pangolín. En febrero, la atención pasó a Europa con la explosión de casos en Italia y España, y luego Gran Bretaña. Hoy, a cinco meses de la aparición pública del Covid-19, el epicentro global de la pandemia pasó a ser el continente americano, que cuenta con más de la mitad de los casos activos a nivel mundial.
Sin ninguna duda, la situación alarmante del continente americano tiene dos focos principales: los Estados Unidos en el norte, y Brasil en el sur. En ambos casos, con gran responsabilidad de sus gobernantes, quienes desde el principio priorizaron la continuidad del funcionamiento de la economía local en desmedro del sistema de salud. Y hablamos claramente de Donald Trump y Jair Bolsonaro, este último insiste con que el Covid-19 es apenas una “gripecita”.
Los números son contundentes, a la mañana de este miércoles, de los 2.446.000 casos activos en el mundo, en el continente americano hay 1.357.500 casos, es decir, más de la mitad de los contagiados con el virus están hoy en América. De esta cifra, 1.135.000 están en los Estados Unidos y 58.600 en Brasil. Y lo peor, siguen en aumento día tras día. A nivel global, la cifra de muertos por el virus alcanza los 258.000 cinco meses después del inicio de la pandemia en China, y los muertos en América es de 91.000. De estos últimos, casi la totalidad corresponden a Estados Unidos y Brasil, con 71.000 y 8.000, respectivamente. Los números son impactantes.
Tanto como la responsabilidad de gobernantes como Trump y Bolsonaro. El catedrático y periodista español Ignacio Ramonet describió en un artículo reciente que “si es cierto que en los malos tiempos es cuando surgen los grandes líderes históricos, este momento pandémico de estrés, confusión y descontrol se ha caracterizado, al contrario, por la ausencia de grandes liderazgos a la cabeza de la principales potencias occidentales”.
Personajes como Trump y Bolsonaro deberán rendir cuentas ante sus pueblos. Mejor dicho, ante los pueblos del continente, porque ambos países se han convertido en focos que afectan a las naciones cercanas. Brasil se encamina a ser el nuevo epicentro del brote. Y los argentinos lo tenemos al lado. Otro motivo más de preocupación para un país que, como la Argentina, tanto su Gobierno como la sociedad están haciendo un esfuerzo enorme para tener controlada la pandemia. Pero la irresponsabilidad de algunos vecinos continentales puede empujar a la región hacia un abismo.
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