When Gringos Tell Us What We Know

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No hace falta que Antony Blinken, Glen VanHerck, Bob Menéndez, el FBI, o la DEA vengan a decirnos lo que ya conocemos: la Constitución es letra muerta en una parte importante del territorio mexicano.

Son las leyes criminales las que rigen la vida de al menos un tercio del país.

El día de ayer el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, acudió al Senado gringo. Ahí el legislador Lindsey Graham le preguntó si las organizaciones de narcotráfico tienen control de México.

Blinken, que estaba bajo juramento, no podía eludir la respuesta y respondió que sí.

La información con que cuenta este vecino es mexicana: aquí sabemos que el Estado ha ido perdiendo control sobre muchas comunidades.

No necesitamos que militares extranjeros encumbrados como VanHerck digan que las bandas delincuenciales dominan parte del país, basta con vivir aquí para constatarlo.

Se trata de información que está en los medios de comunicación, a toda hora, datos que roban la paz en la calle, en los caminos, en las colonias y las comunidades, todos los días.

México es la nación líder en homicidios contra la infancia. También lo es en amenazas y asesinatos de periodistas. Nuestra querida patria ocupa el segundo lugar en feminicidios de toda Latinoamérica.

El presidente de la comisión senatorial de Estados Unidos en materia de asuntos internacionales, Bob Menéndez, afirmó recientemente que México iba caminando en dirección equivocada respecto a los temas de seguridad.

¡No hay novedad! Días antes un grupo criminal había secuestrado en Matamoros a cuatro estadounidenses y dos de ellos terminaron perdiendo la vida. Una semana atrás un comando militar integrado por 21 elementos asesinó a sangre fría a cinco jóvenes en Nuevo Laredo. Y en este mismo mes de marzo los restos de cinco mujeres que asistieron a una fiesta en las afueras de Celaya aparecieron disueltas en ácido.

¿Necesitamos que vengan los gringos a decirnos que la violencia no cede, que las organizaciones criminales gobiernan y que las autoridades, por acción o por omisión, están detrás de esta crisis?

Zoom: desde luego que no lo necesitamos, pero que no nos sorprenda cuando los vecinos se ponen a repetir en inglés lo que nosotros maldecimos todos los días en buen mexicano. 

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