The US: I Only Know that I Know Nothing

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Estados Unidos: sólo se que no se nada

09FEB 2012 11:55

Otra vuelta de tuerca. La campaña electoral de Estados Unidos depara otra sorpresa. Hace fechas, en las primarias republicanas se perfilaba un vencedor, el moderado Romney. Las encuestas le concedían las tres primarias de esta semana y, con un aura de inevitablidad en las filas de su partido, los pronosticadores también le daban un codo con codo con Obama en la gran final de Noviembre. Era, se decía, el republicano más capacitado para batir al Presidente.

Hoy, los nubarrones abundan. Romney perdió las tres primarias del martes ante el candidato Santorum y la totalidad de los sondeos apuntan a que Obama lo derrotaría por un margen no excesivamente estrecho.

La emergencia con fuerza de Santorum es sorprendente y muestra la imprevisibilidad del electorado americano.Es creencia extendida que el candidato rico que sea medianamente articulado arrolla en las primarias. Esta vez, no ha sido así. Santorum no tenía un centavo, en los Estados del martes, Missouri, Minnesota y Colorado, Romney habia gastado en publicidad cuarenta veces más que Santorum y, sin embargo, ha perdido en los tres. En Missouri y Minnesota la brecha ha sido abismal. Dato preocupante para el hasta ahora favorito es que en los tres Estados ha sacado menos votos que hace cuatro años cuando tambien luchaba en las primarias que ganaría McCain. Este, por cierto, había arrancado en su campaña con muy pocos fondos.

Ningún republicano suscita un entusiasmo generalizado entre los votantes. La participación en las primarias viene siendo, a pesar del calentamiento de los debates, ya se han celebrado 19, inferior a la de otras campañas y dos de cada tres independientes estadounidenses dicen que hay bastantes cosas de Romney que les disgustan. Ahora las encuestas se volcarán hacia Santorum que ha logrado resucitar el Tea party.

Mientras, la sonrisa aflora en el campo de Obama. El presidente ve por primera vez en meses que su índice de aceptación, 48´6 % es superior al de desaprobación, 47’4. La razón fundamental es la mejora de la situación económica, el paro ha bajado al 8’4% y, aunque el país está francamente polarizado, son abundantes los comentaristas que piensan que Obama se desenvuelve bien en el proceloso mar de la política internacional. No le tembló el pulso en la eliminación de Bin Laden por métodos expeditivos, algo que los americanos aprecian, y ha cumplido su promesa de sacar las tropas de Irak. En Libia, aunque nadie sabe si el país se estabilizará, se sacó a Gadaffi sin costo económico considerable o de imagen para Estados Unidos.

Ahora, sin embargo, Obama tiene una buena papeleta en Irán. Estos días celebra consultas febriles con el gobierno de Israel sobre la amenaza creciente de la bomba nuclear de los ayatollas. Israel sostiene que les falta poco tiempo para conseguirla y, en consecuencia, que no puede esperar demasiado para lanzar un ataque que impida que un país cuyo Presidente afirma que Israel debe desaparecer del mapa pueda tener ese arma mortífera. Obama arguye que aún hay tiempo, con sanciones etc… para obligar a los ayatollas a detener el programa, opinión no compartida por todos los analistas ni por el partido republicano. Romney dice que se está siendo demasiado blando con Teherán. Las conversaciones americano-israelies se han intensificado en las últimas semanas. El judío Netanyahu parece argumentar que con la pérdida de tiempo no sólo los iraníes tendrán la bomba sino que la habrán depositado en un lugar inexpugnable para la aviación. Obama continua pidiendo prudencia conocedor de los efectos negativos, subida del petróleo, atentados terroristas…que tendría la acción contra Irán.

Es posible que Irán se cuele junto a la economía en la campaña presidencial estadounidense.

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