Its profile as a national party has been replaced by a highly personality-based one, that of Trump, which has taken a toll on some of its internal coherence.
The emergence of Donald Trump as the head of the Republican Party has led to a diminishing of traditional values, those that historically fueled the conservative party, thus substantially reversing the nation’s progress. Its profile as a national party has been replaced by a highly personality-based one, impacting much of its internal coherence. It has been ravaged by economic isolationism and protectionism, incompatible with the party’s traditional ideology — once a road map with aspirations held by the world’s leading power. This disconcerting erosion has finally unsettled its foundation and electorate to the point that the party’s main beams have fallen into disrepair.
The fact that Trump, who faces more than 90 charges against him and four open judicial processes, still holds almost a 50-point lead over Ron DeSantis, second in voter preference, is a snapshot of the Republican Party’s downturn.
El mal momento del Partido Republicano
Se ha sustituido el perfil de partido de Estado por otro hiperpersonalista, el de Trump, lo que ha afectado a buena parte de la coherencia interna
La irrupción de Donald Trump al frente del Partido Republicano ha terminado por jibarizar valores tradicionales que históricamente han nutrido a la formación conservadora y que de manera sustantiva han revertido en buena parte del progreso de aquella nación. Se ha sustituido el perfil de partido de Estado por otro hiperpersonalista, lo que ha afectado a buena parte de la coherencia interna, devastada por un aislacionismo y un proteccionismo económico que no casan con el ideario tradicional del partido y su hoja de ruta y aspiraciones reservadas a la primera potencia del mundo. Ese desconcertante vaivén ha terminado por descolocar a sus bases y a su electorado, de tal forma que se han deteriorado las vigas maestras de la formación. Que Trump, con más de noventa cargos y cuatro procesos judiciales abiertos, siga aventajando en casi cincuenta puntos a DeSantis (segundo en las preferencias del electorado) radiografía el mal momento del Partido Republicano.
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