The Bank of Mexico reported recently that the shipment of remittances from Mexicans working in the United States increased 1.4 percent in the past 12 months. On the other hand, the American organization PEW reported that immigration from Mexico to the U.S. has decreased in this same period, and that the population of Mexican-born immigrants was set at about 12 million people. It needs to be asked: How is it possible that immigration decreases and remittances increase?
There could be various reasons; surely some studies will note them. For now, it’s worth asking about some of the possible reasons for that apparent contradiction. According to the information of the Department of Immigration in the U.S., the number of visas granted to people originating from Mexico was about a million in 2010. On one hand, the documented migration increased; on the other hand, the undocumented decreased in relative terms. Another element that complements this phenomenon is that, according to the information from the Department of State, 220,000 Mexican residents of the U.S. acquired their American citizenship between 2006 and 2010. It is possible that these new citizens have received authorization to bring members of their family with authorization to work, which, at the end of the day, means an increase in the family’s income and the possibility of sending a larger amount of money to Mexico.
Another reason for the increase in remittances is that out of the four million jobs that have been recuperated since the recession, two million have been for Hispanics, according to a report from BBVA [Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, a multinational Spanish banking group]. It is very possible that those jobs have been recuperated in the farming sectors and in services in which workers from south of the border are traditionally hired.
Anyway, it seems difficult to argue, as President Felipe Calderon did, that migration from Mexico to the U.S. has declined due to the improved economic situation of the country’s most impoverished citizens. Despite the growth of the Mexican economy, the evidence shows that this growth is not reflected in the improvement of most Mexicans. A similar phenomenon has been happening in the U.S., which is slowly starting to recover from the deep economic crises that affected almost the whole world. Less than 10 percent of the U.S. population is benefiting from this recovery, which has led income inequality to reach unprecedented extremes. The difference in Mexico, where there’s also an extreme concentration of wealth, is that the situation of those living in poverty in our country is much more precarious.
El Banco de México informó recientemente que el envío de remesas de los mexicanos que trabajan en Estados Unidos aumentó 1.4 por ciento en los pasados 12 meses. Por otro lado, la organización estadunidense PEW dio a conocer que la migración de México a EU había decrecido en ese mismo periodo, y la población de origen mexicano se estabilizó aproximadamente en 12 millones de personas. Cabe preguntarse: ¿cómo es posible que la migración disminuya y las remesas aumenten?
Las razones pueden ser varias y seguramente algunos estudios darán cuenta de ellas. Por lo pronto, vale apuntar alguna de las posibles razones de esta aparente contradicción. De acuerdo con la información del Departamento de Migración de EU, el número de visas otorgadas a personas procedentes de México llegó a un millón en el año 2010. Por un lado la migración documentada aumentó y, por el otro, la indocumentada disminuyó. Debido a que quienes tienen documentos para trabajar perciben mayor salario que quienes carecen de documentos, el volumen de ingresos en esos sectores aumentó en términos absolutos, aunque el número de trabajadores haya disminuido en términos relativos. Otro elemento que complementa este fenómeno es que 220 mil mexicanos residentes en EU adquirieron la ciudadanía estadunidense entre 2006 y 2010, de acuerdo con la información del Departamento de Estado. Es probable que esos nuevos ciudadanos también hayan recibido autorización para internar a EU a algún miembro de su familia con autorización para trabajar, lo que a final de cuentas significó un aumento en el ingreso familiar y la posibilidad de enviar una mayor cantidad de dinero a México.
Otra razón del aumento de las remesas es que de los cuatro millones de empleos que se han recuperado desde la recesión, dos millones han sido para los hispanos, según un informe del BBVA. Es muy factible que esos empleos se hayan recuperado en los sectores agrícola y de servicios que son en los que tradicionalmente se contrata a trabajadores provenientes del sur de la frontera.
En todo caso, se antoja difícil sostener, como lo hizo el presidente Felipe Calderón, que la migración de México a EU ha disminuido debido a que la situación económica de la población más empobrecida del país ha mejorado. No obstante el crecimiento de la economía mexicana, las evidencias muestran que ese crecimiento no se refleja en la mejoría de la mayor parte de los mexicanos. Un fenómeno similar ha estado sucediendo en EU, que lentamente se empieza a recuperar de la profunda crisis económica que afectó al mundo entero. Menos de 10 por ciento de la población se ha beneficiado de esa recuperación, lo que ha propiciado que la concentración del ingreso haya llegado a extremos inauditos. La diferencia con México, donde también hay una concentración extrema de la riqueza, es que la situación de quienes viven en la pobreza en nuestro país es, por mucho, de mayor precariedad.
This post appeared on the front page as a direct link to the original article with the above link
.
It is doubtful that the Trump administration faces a greater danger than that of dealing with the Jeffrey Epstein files, because this is a danger that grew from within.