More than 500 foreign and Spanish journalists, 10 buses, 15 broadcast booths, 110 telephones, seven lines for transmitting photographs, dozens of movie and television cameras, and 1.5 million people were present for President Eisenhower’s historic visit to Spain on Dec. 21, 1959. The meeting with the political-military leader is often seen as the moment of consolidation of the Franco regime and definitive proof that the dictator had managed to emerge from the isolation he suffered after the defeat of the Axis in World War II.
That emergence led to an unprecedented period of development during the 1960s — “the Spanish economic miracle” — which began with the signing of the 1953 treaty with the United States. This was followed two years later by Spain’s entry into the United Nations — an organization that shortly before had condemned the Franco regime — and was finally cemented with the visit by Eisenhower, the “leader of the free world,” the “architect of peace.”
“When the names ‘Ike’ and Franco burst into the air, the Spanish people showed their gratitude to Franco for the visit, as well as to Eisenhower for honoring Madrid with his presence. And all this for peace, for justice, for freedom of the people, ideals rooted in the soul of Spain and the United States,” described ABC in its Dec. 22, 1959 issue, in which it dedicated over 20 pages to the event — the first visit ever made by a U.S. president to Spain.
The meeting was a turning point in the history of the dictatorship: Spain went from being one of the poorest countries in Europe, with a per capita income below some Latin American countries, to having an economy with a 7 percent average growth rate during the 1960s — second only to Japan. This gave rise to the transformation of Spain from an agricultural to an industrial economy.
The reason for the “sincere and friendly” welcome, the “warm and affectionate” embrace between the two heads of state, Democrat and dictator, was also the establishment of new U.S. military bases on Spanish soil, as pointed out by Franco at Eisenhower’s arrival: “This base in Torrejón, built with formidable support from the United States, housing Spanish and American wings in close camaraderie, is a symbol of our friendship, and stands under a motto, surely beloved by everyone: ‘Peace is our profession.’”
Besides military cooperation between Spain and the United States, both leaders discussed the Atlantic alliance crisis and the Spanish economic situation. According to ABC, this was not “merely a gesture of protocol, but a political act meant to maintain the Spanish-American alliance at an appropriate level of activity and effectiveness.”
The image of Madrid cheering for the president of the United States was emphasized in headlines by the New York Times (“Madrid Provides Warm 'Saludos'; Crowds for President are Largest Since New Delhi's”), Columbia Broadcasting (“One of Most Important European Meetings Held by Eisenhower”), the Washington News and other major American newspapers. The Washington Post opened its extensive coverage with: “Franco and Madrid Crowd Welcome Ike, Who Recalled Spain’s Role in Founding New World.”*
The ostracism and autocracy of the first 20 years of dictatorship gave way to a consumerism more typical of a “Western” lifestyle. In 1959, only a few privileged families could brag of a car and television. But at the end of the decade, 40 percent of Spaniards had a car and 85 percent had a television.
The cultural, economic and political changes of that decade began with Eisenhower’s visit and helped usher in the triumph of the Spanish transition.
[*Editor's Note: Columbia Broadcasting and Washington Post headlines could not be verified.]
Más de 500 periodistas extranjeros y españoles, 10 autobuses, 15 cabinas de locución, 110 aparatos telefónicos, siete líneas para fototelegrafiar, decenas de cámaras de cine y televisión y un millón y medio de personas dieron fe, el 21 de diciembre de 1959, de la histórica visita que realizó el presidente Eisenhower a España. Un encuentro con el Caudillo que suele presentarse como el momento de la consolidación del régimen de Franco y la prueba definitiva de que el dictador había conseguido salir del aislamiento que sufría tras la derrota del Eje en la II Guerra Mundial.
Aquella apertura dio paso a un desarrollo sin precedentes durante la década de los 60 –«El milagro económico español»–, que se había iniciado con la firma del pacto de 1953 con Estados Unidos, continuado dos años después con el ingreso de España en la ONU –que había condenado poco antes al régimen de Franco– y consolidado, por último, con esta visita de Eisenhower, el líder «del mundo libre», el «artífice de la paz».
«Cuando estallaban en el aire los nombres de “Ike” y de Franco, el pueblo de España tanto agradecía a Franco la visita de Eisenhower a Madrid como a Eisenhower el honor que a Madrid ofrecía con su presencia. Y todo ello por la paz, por la justicia, por la libertad de los pueblos; ideales arraigados en el alma de España y de los Estados Unidos», contaba ABC en su número del 22 de diciembre de 1959, en el que dedicaron más de 20 páginas a dicho acontecimiento, que no era ni más ni menos que la primera visita de un presidente de los Estados Unidos a territorio español.España pasó de ser uno de los países más pobres de Europa a crecer, durante la década de los 60, a un ritmo medio del 7%Aquella entrevisra fue un punto de inflexión en la historia de la dictadura: España pasó de ser uno de los países más pobres de Europa, con una renta per cápita inferior a la de algunos países latinoamericanos, a crecer, durante toda la década de los sesenta, a un ritmo medio del 7%, solamente superado por Japón. Todo ello provocó un cambió en la economía agrícola por una economía industrial.
La causa de aquella «sincera y amistosa» bienvenida, de aquel abrazo «cálido y afectuoso» entre los dos jefes de Estado, el demócrata y el dictador, fue también el establecimiento de nuevas bases militares estadounidenses en suelo Español, como así subrayó Franco tras el aterrizaje de Eisenhower: «Esta base de Torrejón, construida con el formidable apoyo de los Estados Unidos y albergando en estrecha camaradería las alas españolas y norteamericanas, es un símbolo de nuestra amistad y está erigida bajo un lema que os es, sin duda, muy querido: “Paz es nuestra profesión”».
Además de la cooperación militar entre España y Estados Unidos, ambos mandatarios hablaron de la crisis de la alianza atlántica y la situación económica española. Según ABC, no fue «un gesto meramente protocolario, sino un acto político dirigido a mantener la alianza hispanoamericana en el nivel de actividad y efectividad que corresponde». New York Times: «la mayor recepción desde la que le otorgaron a Eisenhower en la India»La imagen de Madrid aclamando al presidente de los Estados Unidos fue resaltada en las cabeceras del «New York Times» –«la mayor recepción desde la que le otorgaron a Eisenhower en la India»–, del «Washington News» y de los demás grandes diarios americanos. «Una de la entrevistas más importantes entre las celebradas por Eisenhower en Europa», aseguraba el «Columbia Boadcasting». El «Washington Post» encabezaba su amplia información también con aquel encuentro: «Franco y la muchedumbre madrileña dan la bienvenida a “Ike”, quien recuerda el papel de España en la fundación del Nuevo Mundo».
El ostracismo y la autarquía de los primeros 20 años de dictadura daban paso a un consumismo más propio del estilo de vida «occidental». En 1959 sólo unas pocas familias privilegiadas podían presumir de coche y televisión y a finales de la década un 40% de los españoles ya tenía vehículo y un 85% televisión.
Cambios culturales, económicos y políticos los de aquella década que comenzó con la visita de Eisenhower y que facilitaron el triunfo de la Transición española.
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