In the United States, a black man has six times more probability of being imprisoned than a white one.
After the jury verdict this week that exonerated Darren Wilson – the white policeman who, this past August, killed black teenager Michael Brown with six gunshots – it is being asked in the United States how the police can be supervised in a country that is the most heavily patrolled and monitored in the world.
The U.S. is a country in which the racial problem has made a comeback, despite having a black president and black attorney general for the past six years. Fifty years since the protests demanding a stop to segregation and since the “I Have A Dream” speech by Martin Luther King, Americans still face the cruel reality of prevailing race issues.
Today a black man between 15 and 19 years of age is more likely to die from police gunshots than a white one. In the United States, as of 2012, black detainees composed 28 percent of all those detained, despite being 13 percent of the population, according to data from the FBI.
A black male is six times more likely to be imprisoned than a white one. In 2013, three percent of black males were behind bars. The proportion of whites is much less: only five percent. In 2011, one out of every 15 blacks had a family member in prison, contrasted with one out of every 111 whites, according to data published by the newspaper El País.
As for Ferguson, Missouri, blacks are 67 percent of the population but only six percent of the police force. The most important political, judicial and educational positions are also held by whites. The pattern in Ferguson can be seen in almost all cities in the United States, where the proportion of white police officers averages 88 percent. The consensus is that if there were more black police officers the situation would be more equal.
Thus, while we are troubled by the collusion of the police with organized crime in Mexico, today's debate on police repression in the United States is about whether or not it is directed more toward blacks than toward other racial groups.
Note: in this space we have pointed out on numerous occasions the uselessness of special committees. In the United States, President Lyndon Johnson created the Special Kerner Commission more than an 45 years ago to try to eliminate racial differences between blacks and whites: differences that, evidently, this commission has not been able to resolve.
En Estados Unidos, un hombre negro tiene seis veces más posibilidades de ser encarcelado que uno blanco.
Tras el fallo del jurado que esta semana exoneró a Darren Wilson, el policía blanco que mató de seis tiros al joven negro Michael Brown, el pasado mes de agosto, en Estados Unidos se han cuestionado cómo se puede supervisar a la policía en el país más patrullado y vigilado del mundo.
Un país en donde el problema racial ha resurgido a pesar de tener ya seis años con un Presidente y un fiscal general negros.
Cincuenta años desde las movilizaciones pidiendo un alto a la segregación; medio centenario desde el discurso de “Tengo un sueño” de Martin Luther King, los estadunidenses se enfrentan a la cruel realidad de que el tema sigue estando vigente.
Hoy un negro de entre 15 y 19 años tienen 21 veces más probabilidades de morir por disparos de un policía que un blanco.
En 2012 en Estados Unidos, los negros detenidos, de acuerdo con datos del FBI, fueron 28% de los detenidos, a pesar de que son sólo 13% de la población.
Un hombre negro tiene seis veces más posibilidades de ser encarcelado que uno blanco. En 2013, tres por ciento de los hombres negros estaban en la cárcel. La proporción en los blancos es muy inferior, sólo cinco por ciento.
En 2011, uno de cada 15 niños negros tenía un pariente en la cárcel, frente a uno de cada 111 blancos, según datos publicados por el periódico El País.
Para el caso específico de Ferguson, Misuri, los negros son 67% de la población, pero sólo seis por ciento de la fuerza policiaca.
Los puestos políticos, judiciales y educativos más importantes también los tienen los blancos.
Este patrón de Ferguson se repite en casi todas las ciudades de Estados Unidos, en donde el promedio de policías blancos es de 88%. El consenso es que si hubiera más policías negros, la situación sería mucho más pareja.
Así, mientras en México estamos consternados por la colusión de la policía con el crimen organizado, el debate hoy en Estados Unidos sobre la represión policiaca es si éste está dirigido más hacia los negros que hacia otros grupos raciales.
Apostilla: en este espacio hemos apuntado en repetidas ocasiones a la inutilidad de las comisiones especiales. En Estados Unidos, hace más de 45 años el presidente Lyndon B. Johnson creó la Comision Especial Kerner para tratar de eliminar las diferencias raciales entre blancos y negros. Diferencias que, evidentemente, esta Comisión especial no ha podido zanjar.
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